Así es la especial relación entre una cierva y un antiguo cazador furtivo de Nava

Una historia de lo más conmovedora que parece sacada de una película Disney
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Las historias emotivas entre animales y personas siempre han estado a la orden del día, pero esta podría decirse que supera las barreras de todo lo conocido y es que Bambi y Aladino parecen tener un vínculo que los unirá de por vida.  La relación tan especial entre esta cierva de doce años y este hostelero asturiano es de lo más peculiar; cuando el animal era tan solo una cría fue rescatada por el dueño de este restaurante de la sierra de Peñamayor en el concejo de Nava.

Aladino rescató a Bambi cuando tenía, solamente, unos días de vida. El hostelero cuenta que la encontró junto a su madre, que murió tras sufrir algún tipo de complicación después del parto. El propietario de este bar de Nava, que anteriormente se dedicaba a la caza furtiva para alimentarse, se encargó de cuidarla y mantenerla, evitando que el animal fuese asesinada por el resto de cazadores.

El antiguo furtivo reconoce que este vínculo fue una gran sorpresa que llegó a su vida porque, aunque decidió que la cierva se criara en libertad, nunca dejó de preocuparse por su paradero y bienestar. Él mismo reconoce que desde que conoció a Bambi, jamás se plantearía matar a un venado o un ciervo.

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El propietario del establecimiento hostelero de Nava fue el responsable de mantener con vida y criar en libertad a Bambi; empezó amamantándola con biberón hasta que se hizo lo suficientemente mayor como para valerse por sí misma. El nombre de Bambi no fue elegido al azar, ya que Aladino explica que al ver unas manchas muy parecidas al personaje ficticio del cuento y la película de Disney en el lomo y el rostro del animal de la cierva, se decantó por bautizarla por su mismo nombre.

Una historia de lo más especial entre un animal y una persona que han construido una relación y un vínculo para toda la vida. El aspecto curioso llega con la interacción  que este animal y hostelero siguen manteniendo en la actualidad y es que a pesar de que Bambi vive en plena libertad, lejos de los cuidados de su rescatador, y Aladino se dedica en cuerpo y alma a su negocio hostelero, siempre encuentran un hueco para volver a reencontrarse.

Así es, la cierva se acerca a visitar cada día a Aladino en su puesto de trabajo y no para conseguir comida, sino como gesto de cariño y para recordarle que sigue pensando en él. Un acto que emociona profundamente al propietario de este establecimiento y es que el hostelero aprovecha este encuentro para dar cariño a este animal que ha visto crecer durante toda su vida.

Una historia conmovedora

¿De qué manera se asegura el dueño del restaurante que esta cierva no sea atacada por otros cazadores? Aladino explica que su forma de protegerla fue marcar su pelaje con pintura; unas rayas para advertir al resto de furtivos que no maten a la cierva por equivocación.

El hostelero, emocionado, reconoce que ningún animal le había hecho sentir nunca un amor tan profundo como el que le regala cada día esta cierva. Uno de los clientes del bar comenta, con asombro, el hecho tan curioso que contempla cuando ve entrar a la cierva en el establecimiento y admite que es algo que no se ve todos los días.

En definitiva se trata de una relación con tintes de lo más inverosímiles, con una historia digna de película Disney en la que se refleja que, en ocasiones, la amistad entre un animal y un humano es real y puede llegar a niveles estratosféricos. Parece que las anécdotas que pasan en Asturias son de otra galaxia.