La exposición de Rodrigo Cuevas transforma la Laboral Centro de Arte en una romería con miles de personas

Ni Adrián Barbón, presidente del Principado, quiso perderse la jornada inaugural de la exposición de Rodrigo Cuevas
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photo_camera Rodrigo Cuevas y Adrián Barbón en una de las piezas de la exposición un carro con hierba.

Pocas veces una exposición ha congregado a semejante cantidad de gente en el día de su inauguración. Pero está claro: todo lo que toca Rodrigo Cuevas es sinónimo de éxito. No hay más que ver que la inauguración ayer de su exposición "Rodrigo Cuevas. La gracia de la agitación folclórica" contó con la presencia de 1.500 personas que abarrotaron el espacio para disfrutar, en primera persona, de la propuesta del artista afincado en Piloña. Una cita a la que tampoco quiso faltar Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias.

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Más de 1.500 personas abarrotaron la sala de Laboral Centro de Arte para la inauguración de la muestra.

La exposición de Rodrigo Cuevas, realmente, no lo es. Su planteamiento es el de una auténtica romería que aúna la creatividad audiovisual con el particular universo neo-folclórico del Premio Nacional de las Músicas Actuales 2023. El recorrido, que podrá visitarse hasta marzo del próximo año, aúna la tradición asturiana con el singular giro de tuerca de actualización del artista. Para Cuevas, su exposición es una forma de «explicar el mundo que a mí me entusiasma y el constante jugueteo para apreciar las cosas».

La muestra no solo cuenta con objetos tradicionales de la colección de Rodrigo Cuevas. También contempla otros personales y tan icónicos como el característico corsé con el que actúa, un área interactiva que permite conversar con Cuevas y numerosas referencias a lo largo de la exposición al archivo sonoro del artista.

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El artista y el presidente del Principado en una de las instalaciones interactivas de la exposición.

«Rodrigo está haciendo una auténtica revolución cultural», declaraba Barbón a la prensa, «pero para mí, realmente, lo que está haciendo es una revolución de la autoestima de Asturias». Una opinión que el presidente del Principado ha acompañado de una auténtica declaración de intenciones: «Que no haya vergüenza al defender nuestras cosas: la tradición, la lengua, la forma de entendernos, la cultura y la historia de Asturias».