El promotor y el titular de la explotación ganadera de Ribadedeva acusados de verter purines en El Pindal aseguraron ayer en el juicio contra ellos que desconocían que su granja estuviera en un área de influencia de la cueva, con máxima protección en la normativa. Además, ambos sostienen que no realizaron ninguna modificación en el terreno como sostiene la Fiscalía, que pide para ellos más de seis años de cárcel por distintos delitos.
Ambos acusados declararon ayer, miércoles, en la primera sesión del juicio que se instruye en Oviedo. Además de negar que se haya modificado la cuenca del arroyo La Llongar, el promotor aseguró que solo habían realizado una reparación en el camino «para poder pasar» y que todas las construcciones ya estaban antes de que comenzara a gestionar la explotación ganadera, en 2004. También ha negado la acumulación de purines de la que les acusa la Fiscalía, que asegura se limpiaban «cada uno o dos meses», y señaló a otras explotaciones de Pimiango como culpables del vertido.
También declaró que no había recibido avisos por parte de la administración y que desconocía que su terreno estuviera situado sobre la cueva. «Nunca nadie me avisó que fuera una finca de especial protección», declaraba el promotor pero también el titular de los terrenos quien aseguró que adquirió la finca en 2006 y que, desde entonces, no ha «movido ni una piedra».
Mañana, viernes, se retomará el juicio en el Juzgado de lo Penal número 3 de Oviedo.
