Hastío en Covadonga ante la falta de soluciones para crear aparcamientos

abad-covadonga-aparcamiento-01
photo_camera El abad de Covadonga, Adolfo Mariño, donde la iglesia defendía la construcción de un aparcamiento en altura. Un proyecto que sería la solución perfecta y definitiva.

Nos encaminamos al verano de 2022 y en Covadonga sigue sin tener, ni cercana, ni en el horizonte, una solución que sirva para paliar el grave problema de la falta de plazas de aparcamiento, que colapsa el Santuario y cierra la puerta a que puedan visitarlo miles de turistas cada año.

     Hace falta voluntad, la que no se ha encontrado en las últimas legislaturas en los sucesivos Gobierno Regionales.

Hoy, martes 17 de mayo, Covadonga era un ir y venir de visitantes a las 10:30 horas y, pasadas las 11:30 horas, estaban completas las plazas de los dos pequeños aparcamientos que están detrás la Escolanía y tras la torre que albergó al Cuartel de la Guardia Civil.

Entramos en la recta final de la legislatura, con el socialista Adrián Barbón al frente de un gobierno, que no ha acometido las obras necesarias que llevan prometiéndose desde que el Gobierno Regional, con Vicente Álvarez Areces al frente, adquiriese la finca de Les Llanes, en El Repelao, por 3 millones de euros, para convertirla en un centro de recepción de visitantes y vertebrar así el Santuario.

Plazas de aparcamiento en el Santuario

En Covadonga continúan defendiendo que se habiliten plazas de aparcamiento en el santuario, lo más cerca posible de la explanada de la Basílica. Un estacionamiento en altura justo detrás del edificio de la Escolanía, que se planteó hace tiempo, podría albergar más de 300 turismos y supondría infinitamente menos impacto visual que el remonte que se plantea para acceder desde Les Llanes. Y aún mas barato sería habilitar toda la zona zona trasera de la Escolanía y el edificio de servicios múltiples del Santaurio, donde podrían sacarse unas 200 plazas de estacionamiento, construyendo un muro de contención y explanando la zonoa, que quedaría protegida por los arboles y la vegetación. Pero hace falta voluntad, la que no se ha encontrado en las últimas legislaturas en los sucesivos Gobierno Regionales.