Una veintena de docentes de la Asamblea del Profesoráu del Centro-Oriente se manifestaron ayer por las calles de Arriondas en lo que han venido a bautizar como "el vía crucis de la profesora quemada". Una representación simbólica, que representa sus quejas en una muñeca de un metro de altura subida a un palio y vistiendo una camiseta que defiende la educación pública, con la que quieren denunciar la situación del colectivo y compartir el «hartazgo absoluto».
En un comunicado, leído antes de comenzar el recorrido, los docentes de la Asamblea del Profesoráu del Centro-Oriente explicó que «este paso representa que estamos ya quemados de seguir pidiendo las mismas cosas para que se dignifique nuestra labor y que nos mejoren las condiciones laborales, pero la Consejería hace oídos sordos».
La comitiva recorrió ayer las calles de Arriondas marchando con panderetas para compartir con la ciudadanía y mediante una canción algunos de los problemas que, para este colectivo, están precarizando la docencia. Así y además de quejarse del exceso de burocracia, «a la profe la aplasta la burocracia, los triplicados y los informes que le roban el tiempo que necesita dedicar a lo suyo: preparar y dar clase, acompañar al alumnado»; también denunciaron la falta de docentes en las plantillas escolares.
La disminución de las ratios en las aulas, con vistas a poder atender mejor a los alumnos; la eliminación de las medias jornadas, la equiparación salarial y contar con más recursos materiales y personales para atender la diversidad son otros de los temas que pusieron sobre la mesa en esta iniciativa que llevarán a otros concejos y que está dirigida, directamente, a la Consejería de Educación.
La de ayer no va a ser la única iniciativa de este colectivo. Ya en marzo, la la Asamblea del Profesoráu del Centro-Oriente hundió un barco en la carretera general de Infiesto como protesta. Y la marcha de ayer promete no ser la única.
