Desde hace semanas en Sobrepiedra, el pueblo de Parres que está frente al Parador de Cangas de Onís, a la otra orilla del río Sella, andan con la mosca detrás de la oreja tras los continuos ataques del lobo a los animales que están en fincas cerradas, el último a escasos mil metros del núcleo, que se saldó con dos ovejas muertas.
La proliferación de los ataques, cada día más cerca de los núcleos de población, apuntan a que el número de manadas de lobo se ha multiplicado en todo el Oriente y en toda la región. La inclusión de la especie en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, (Lespre), prohibiendo no solo la caza sino los controles poblaciones al norte del río Duero se ha traducido, como adelantaban desde los colectivos ganaderos, en repetidos ataques a los rebaños día tras día.
Ataques en varias parroquias de Onís el mismo día
En Onís también están a la orden del día los ataques del cánido, hace unos días, en el lapso de pocas horas mataban una xata en Bobia de Arriba, debutaban herido un xatu en Bobia Bajo y destrozaban otra cata en La Robellada. Todos los ataques en fincas junto a los núcleos poblados.