El alcalde de Llanera renuncia al sueldo

Gerardo Sanz, alcalde de Llanera: «La maquinaria está muy bien engrasada y lista para afrontar grandes proyectos»

El alcalde de Llanera repasa con El Fielato y El Nora sus grandes apuestas por el concejo
Gerardo Sanz dando de comer a sus vacas
photo_camera Gerardo Sanz dando de comer a sus vacas, Mirella y Cometa

No sé cómo arrancar esta historia que les quiero contar. Verán, les digo así un poco por encima: se me ocurren varias formas de comenzarla, algunas muy rebuscadas, la verdad, porque es que cuando me pongo rococó no me aguanto ni yo mismo, les aseguro, pero, vaya por el camino que vaya, al final, todos los inicios me llevan a una imagen: la del alcalde de Llanera emergiendo, allá, al fondo de la caleya a la izquierda, claro, por donde si no. A un lado, su madre y, al otro Tuernes el Pequeñu, el lugar en el que nació y al que ha vuelto, pasados los años, a vivir con su familia.

Se presenta sin boato, sin historias: con catiuscas, una vara en la mano, pongamos que de avellano (¡yo qué sé!) y esa tranquilidad que proporciona estar en tu sitio, con los tuyos, una sensación tal que hace que incluso la intromisión de un intrépido reportero cojonero en tu mundo, un viernes por la tarde, a las seis, no te altere ni un solo pelo, ni un solo músculo. Y todo fluyó por su sitio, como no podía ser de otra manera, pequeño saltamontes.

gerardo_avelino_baston_llanera.jpg
Toma de posesión de Gerardo Sanz en 2015.

Gerardo Sanz, socialista y alcalde de Llanera desde el 13 de junio de 2015, no es un tipo fácil de abordar al principio. Siempre amable pero distante, sin dar pie a mucho más que un ¡hola! o un ¡adiós!, es afable y dicharachero cuando se rompe el muro. Un tipo de los que vale la pena tratar y por el que los suyos, su equipo de trabajo, subiría colinas para convertirlas en montañas, como el inglés aquel. Edil atípico, de esos que consiguen que uno se reconcilie con la política, tiene el superpoder de saber rodearse de gente valiosa, de conformar grupos de trabajo que lleven a Llanera a elevadas cotas en gestión, calidad de vida y cultura por los cuatro costados.

Siempre amable pero distante, sin dar pie a mucho más que un ¡hola! o un ¡adiós! es afable y dicharachero cuando se rompe el muro

Empecemos el cuento al revés, por la traca final, que es lo que mola: «Llevo nueve años en el cargo y yo no soy político profesional así que tengo que pensar en mi futuro, en mi familia y en lo que va a ser mi vida tras mi paso por la alcaldía. Yo tengo mi profesión, más allá de la política, y hay que estar preparado para cuando nos toque marcharnos. Me ha surgido una oportunidad profesional muy interesante para mi futuro y el de mi familia. He renunciado a mi sueldo como alcalde y voy a compaginar mi vida política con otro trabajo en la empresa privada en el campo en el que me venía desempeñando antes de entrar la vida pública y siempre con la pretensión de cumplir mi mandato».

La vida seguirá igual porque la flexibilidad horaria hará su magia: «Iremos respondiendo a las necesidades según vayan surgiendo. Hoy, por ejemplo, he estado en la Junta de Gobierno y he atendido todos los asuntos que había que atender: si hay que desplazarse, me desplazo y siempre conectado por teléfono o internet. Yo siempre dije que no era un político profesional. Tengo la mía, que dejé para venir aquí, y siempre tuve la intención de volver cuando dejara la alcaldía. Los políticos, cuando terminamos en nuestras funciones, no tenemos ningún tipo de indemnización. Hay que estar preparados».

He renunciado a mi sueldo como alcalde y voy a compaginar mi vida política con otro trabajo en la empresa privada

Libertad de actuación, un político que no se quiere enganchar al carro ni pivotar en una puerta giratoria. Sigo recuperando la fe: «Lo más importante para un político es tener libertad de acción, de poder hacer lo que piensas. Nosotros aquí estamos por los vecinos de Llanera, pero a la vez hay que pensar en la familia: quien no piensa en ella mal va a pensar en los demás».

Gerardo_reunion_Lastra.jpg
Foto de archivo.

Con todo ello, el trabajo de la corporación de Llanera seguirá siendo de veinticuatro horas  al día los siete días de la semana. Queda mucho por hacer y los proyectos que vienen son ilusionantes: «No me gusta decir que Llanera está de moda, porque las modas pasan y nosotros estamos arriba, ganando afiliados a la Seguridad Social de una manera impresionante, con un desarrollo económico muy potente y con muchos proyectos sobre la mesa para desarrollar. La maquinaria está muy bien engrasada y lista para los grandes proyectos como el Plan general de ordenación urbana, el tema del desarrollo económico y empresarial o el nuevo Polígono de Pando. También somos referencia en el apoyo al ámbito rural con la Feria de San Isidro, los concursos. Es todo muy ilusionante y pretendemos seguir en esa línea».

Fomentar la cultura y el Plan de Ordenación, dos de los objetivos de Sanz

Otro de los grandes puntos fuertes que tiene Llanera es su decidida y eficaz apuesta por la cultura. Intentaré no ponerme pedante y comenzar a hablar de oasis dentro de desiertos y cosas de esas, pero a poco que me pinchen, salto, te lo juro: «Llanera se está convirtiendo en un auténtico referente a nivel cultural, y lo que nos queda. Tenemos en marcha un proyecto que esperemos que vea la luz en pocos meses y que va a ser impresionante. Todo ello unido a la programación de la Casa de cultura, la música, el teatro el cine y, por supuesto, la cita con el Boombastic».

Sacar adelante el PGO supondría modernizar el municipio, un desarrollo económico y empresarial muy potente

Con exclusividad o sin ella, con sueldo o sin él, con pitos y con flautas, o sin ellas, lo que está claro es que quedan cuatro años de mandato, algo menos, y Gerardo Sanz tiene trabajo por delante: «Yo ahora tengo un objetivo muy claro y es que Llanera tenga un Plan General de Ordenación. Es una aspiración que tiene mucho tiempo, pero creo que ahora hemos cogido el camino adecuado y vamos en tiempo y forma. Sacarlo adelante supondría modernizar el municipio, un desarrollo económico y empresarial muy potente, darle un cambio al ámbito de la zona rural al municipio dando más posibilidades a que la gente venga a vivir aquí, dar más facilidad a los sectores de la ganadería y la agricultura para su desarrollo porque tenemos muchísima potencialidad en esos ámbitos, aprovechar la centralidad de Llanera. Hay ganas y necesidad de un nuevo Plan General».

Otro de los grandes retos es la apertura del Polígono de Pando del que «estamos esperando para firmar un protocolo con la propietaria de los terrenos para que comience a hacer el desarrollo. Esta firma se paró coincidiendo con las elecciones municipales, pero ya estamos otra vez sobre ello».