Las imágenes de la agresión a un agente de la Guardia Civil el pasado verano sacudieron España. Ahora, tras casi siete meses desde el suceso, el citado agente ha podido reincorporarse al trabajo en el cuartel de Ribadesella. Una vuelta que no ha sido nada fácil.
Desde la agresión del pasado 21 de agosto, el agente ha tenido que someterse a constantes pruebas y tratamientos tanto traumatológicos como oftalmológicos además de ayuda psicológica.
Y no es para menos. Tras ser agredido por un joven en un cajero en Cangas de Onís, el agente fue ingresado en el Hospital de Arriondas para poder frenar la hemorragia que los golpes propinados habían causado en a cabeza. También necesitó puntos de aproximación en el ojo.
A día de hoy, todavía se desconoce cuándo se celebrará el juicio aunque el agresor continúa en prisión preventiva. La Fiscalía ya adelantó que los hechos podrían ser constitutivos de delito de atentado cualificado además de otros siete por lesiones de diversa consideración.
