El cocido con moscancia, protagonista en Noreña hasta el domingo

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photo_camera El presidente de la Orden, Mariano González; Aurelio Martínez, del Carbón; Manuel Antón, de El Sastre; y José Robledo, de El Arco, en la presentación.

La Orden del Sabadiego recupera estos días la Semana del Cocido con Moscancia, una de  las citas gastronómicas más emblemáticas de la villa condal que está ligada a las Jornadas de los Cocidos del Camino de Santiago y que podrá disfrutarse hasta el día 7 en varios establecimientos hosteleros.

El objetivo es potenciar el Camino de Santiago a su paso por Noreña, que está bastante olvidado, y a la vez promover la gastronomía local; tenemos la suerte de que muchos restaurantes hacen cocido todo el año y con gran calidad

Este año, Aurelio Martínez, ‘Yeyo’, del restaurante Carbón, ejerció como anfitrión con una sopa de fideos como entrante, un plato de garbanzos con patatas cocidas y zanahoria y el compango, donde la protagonista fue la moscancia. Y el hermanamiento de esta edición se realizó con el cocido del Oriente asturiano, del que destaca el pantruque.

El cocinero José Robledo, de la Casa de Comidas El Arco, de Celorio, un restaurante en pleno Camino de Santiago, participó en la presentación y explicó que el pantruque está compuesto por «pasta de harina de trigo, un poco de harina de maíz, sangre, cebolla, tocino picado, sal y pimentón». Asimismo, indicó que hay una variedad blanca, que no lleva sangre y a la que se le incorpora huevo.

Por su parte, el presidente de honor de la Orden del Sabadiego y cronista oficial de Noreña, Miguel Ángel Fuente, recordó que ya se han celebrado una veintena de jornadas. «El objetivo es potenciar el Camino de Santiago a su paso por Noreña, que está bastante olvidado, y a la vez promover la gastronomía local; tenemos la suerte de que muchos restaurantes hacen cocido todo el año y con gran calidad», destacó.

SEMANA DEL COCIDO DEL CAMINO - MIGUEL ÁNGEL FUENTE

Si hay un plato popular por excelencia entre los  considerados como de la cocina tradicional en cualquier región española, nos inclinamos por el cocido. No inventamos nada nuevo. Es el que mejor define el patrimonio culinario heredado de nuestros mayores y la máxima expresión de las características culturales, sociales y paisajísticas que diría Josep Pla, que se imaginaba en cada plato el correspondiente paisaje. El cocido hay que recordarlo como plato insustituible en los almuerzos dominicales del otoño e invierno, con la sopa de fideos que el desaparecido escritor Ignacio Gracia Noriega consideraba como uno de los caldos sublimes, caldo obtenido de la misma cocción y con la mezcla de sabores de todos sus ingredientes como son los garbanzos, patatas, gallina, ternera, hueso de caña, chorizos, jamón, tocino y el manjar más desconocido: la moscancia,  a quien ya dedicamos artículo de protagonista, por ser embutido muy poco conocido y que se va afianzando en los mercados y casas de comidas muy lentamente, pues hasta hace no muchos años, cuarenta o cincuenta, en Oviedo concretamente, era una perfecta desconocida, no así en el  espacio comprendido entre Laviana-Gijón, donde fue dado a conocer gracias al ferrocarril de Langreo y a la carretera carbonera, ramificándose a otras localidades o pueblos cercanos a esta línea de comunicación. El cocido era el plato arreglo de la familia, del que podían participar familiares e invitados más de los previstos inicialmente, resolviéndolo la experta cocinera con sólo añadir unas patatas más y un poco de caldo: asunto y eventualidad resuelta.

El cocido, según decía  Marcelo Conrado, es la cumbre de la cocina por evaporación y el Dr. Thebussem, -seudónimo de Mariano Pardo de Figueroa- afirmaba que era el lazo de unión constitucional entre los antiguos reinos. Todos son certeros en sus apreciaciones en torno al cocido. Va haber que promocionarlos conjuntamente en estos tiempos diferenciales, siendo el mejor salvoconducto para disfrutar, conocer y hermanar a las gentes, que en torno a una mesa  comparten  cultura y es la forma más segura de encontrar elementos comunes que irán en bien de todos.

Miguel Ángel Fuente es el Cronista Oficial de Noreña

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