Si estuviera escribiendo este artículo en los años 80, ya habría tirado a la papelera más de diez folios arrancados de mala manera del carro de mi máquina de escribir de segunda mano. En la habitación habría un aire espeso de humo, un cenicero hasta arriba de colillas de Ducados (éramos más de Marlboro, pero la vida de un periodista no ha dado nunca para muchos dispendios) y, probablemente, estaría sonando de fondo una cinta de casete de Roxy Music o de los Jam tan ajada que habríamos tenido que rebobinarla previamente con un lápiz, un boli o el meñique: ¿había otra manera?
Y es que es muy difícil escribir sobre aquella época, y más si la habitaste, porque no hay nada en este mundo que nos guste más a los que la transitamos que hablar de ella a todas horas. Y los recuerdos se amontonan en la cabeza, queriendo salir mucho más rápido que la velocidad que dan tus dedos en el teclado (si hubiera estudiado mecanografía otro gallo me cantaría, carajo), y tiras otra hoja a la papelera mientras suenan los Smiths de fondo: ¡qué suerte tuvimos por haber vivido todo aquello!
Reunirse con seis desconocidos para hacerles una entrevista ni es común ni es sencillo pero, en este caso, era imposible que algo saliera mal. No habrían pasado ni diez minutos de conversación y ya te parecía que los conocías de toda la vida porque, en realidad, era eso lo que había compartido con ellos: un pedazo de nuestra vida. Aunque nunca antes hubiéramos hablado ni nos conociéramos de nada, los recuerdos comunes nos llevaron a terrenos confortables, a compartir historias que nos unían más de lo que pudiéramos imaginar, en torno a una mesa con algo para beber y algo para comer. No necesitamos más. Quizá algo de música, eso sí..
Esa es la esencia de esta fiesta, con el modelo de espicha como concepto e hilo conductor. Y eso es, precisamente, lo que la hace única... Tanto es así que Ruper Durán, Yiyo Roda, Paco Pertierra, Chesco Fernández, María Ramos y José Ángel Fernández, los dichosos padres de la criatura, han pasado de gestionar una reunión de poco más de 80 personas, que ya son bastantes para una idea inicial que no pasaba de ser una comida de amigos, a las 320, con gente en lista de espera, que el pasado fin de semana poblaron las instalaciones de una conocida sidrería de Tiñana, cubriendo todo el aforo previsto en un abrir y cerrar de ojos.
La comida, la sidra, música en vinilo, pinballs, futbolines, Arcade, photocall, mucha cháchara y diversión hasta las cinco de la mañana y desde las nueve de la noche. No extraña así el éxodo de asturianos por el mundo, bastantes de ellos, que regresan y hacen coincidir sus visitas familiares con el evento (¿o es al revés?) desde Tenerife, Madrid, Bilbao y el grueso llegado desde Oviedo que fue, durante unos años, menos Vetusta de lo que es ahora.
La cuarta edición de Espicha 80 ́s ya es otra preciosa historia que unir a las otras de las anteriorestres ediciones. La quinta ya está en marcha, para junio de 2024, y trae novedades...