Opinión

Va de Pregoneros y pregones

Siempre me llamó la atención el pregón de las fiestas, que suele suscitar poca atención del público asistente y en la mayoría de las ocasiones el Pregonero lee unos folios más que ensayados y que al final se da un “homenaje”  a sí mismo, porque los Pregoneros suelen ser nombrados por las comisiones de fiestas u otros estamentos, a gentes muy “importantes” (si salen en la tele o la radio mucho mejor) y que no tienen ni pajolera idea de qué va la fiesta. Eso sí: va a hablar en público y, lo principal, es no quedar mal. Si es un docto erudito, o profesional en el arte pregonero (los hay que habrán leído 50 pregones o más) suele mimar los textos, adornarlos con citas y muchos más asuntos que a mi siempre me llevaron a no escuchar el tostón del Pregonero de turno.

Un Pregonero es un señor que cuenta cosas que nadie conoce, como que el señor cura no dará misas por acumulación de tareas en los 14 municipios que cubre.

Un Pregonero es un señor que cuenta cosas que nadie conoce, como que el señor cura no dará misas por acumulación de tareas en los 14 municipios que cubre. O que el señor doctor no vendrá los miércoles; o qué sé yo, cosas para que la gente se entere. En los pueblos el Pregonero llevaba una corneta y siempre comenzaba más o menos así:

De orden del señor alcalde, farmacéutico, jefe del servicio de aguas o lo que sea, iba a hacer tal o cual cosa. Y punto.

Para mi un Pregonero ha de contar cosas y NO LEER COSAS, que es el posible detonante de que los pregones se den leyendo desde alta tribuna y contando cosas que a los sufridos escuchadores, les importan un bledo.

Uno, que es observador, siempre vio que en las fiestas la mayoría de la gente pasan de los pregones, como de entrar a la iglesia. Nunca terminaré de entender el motivo de que en un estado laico, tiene que ser en la iglesia católica y no en otra religión que nada tiene que ver con el nacional catolicismo. Pero la realidad es que los curas siguen mandando la del demonio. Tanto, que como se descuiden y, por 25 euros, se quedan con su casa o un prado (que no los habían registrado, por despiste o tradición). Es lo que se llaman inmatriculaciones, cuyo jefe del “negociado” parece ser que es el arzobispo de Oviedo.

Pues volviendo al tema del pregón y, como el sábado de esta semana tengo que oficiar de Pregonero en la fiesta de los Asturcones, que entre otras cosas no desaparecieron porque unos cuantos nos dimos cuenta hace décadas que los Asturcones iban a desaparecer y era una pena.

Parece ser que un Borbón de aquel entonces, creo que Alfonso XII, tuvo a bien conceder este Espacio Natural, porque según dicen, un carpintero ebanista de Cofiño, le gustó cómo trabajaba el señor Borbón rey.

Los Asturcones afortunadamente no van a menos y veo poco posible que tal asunto ocurra. Yo vivo en el Espacio Natural de El Sueve y esta majada no me es en nada ajena. En línea recta Fíos, mi pueblín, debe de quedar a un kilómetro o algo así, de este lugar tan precioso que se llama la majada de Espineres. Preciado lugar por mandantes-mangantes gobernantes, que se los quisieron afanar a los coterráneos allá por los cuarenta del pasado siglo. Y escribo esto, porque desde 1941 hasta 1964, se libraron varios pleitos y por fin los coterráneos y ganaderos, recuperaron lo que era suyo.

Parece ser que un Borbón de aquel entonces, creo que Alfonso XII, tuvo a bien conceder este Espacio Natural, porque según dicen, un carpintero ebanista de Cofiño, le gustó cómo trabajaba el señor Borbón rey. Éste, obnubilado por el hacer del carpintero, le dijo que tenía que hacerle un regalo. Pues en ese regalo, es el espacio natural donde uno va a echar un pregón que espero no sea un tostón y que el respetable se lo pase en grande y escuchen mis cosuques. Juro prometo y voto, que no pienso leer ni una fueya. Voy a pregonar, no a leer.

Pa eso ya están los políticos que utilizan el Parlamento como salón de lecturas de papeles escritos normalmente por muchos periodistas que les pagan para eso. Así nos va.

Y espero que no identifiquen la asistencia por la cantidad de toneladas de basuras que dejarán los romeros. Y eso no ocurrirá si los alcaldes ordenan llevar unos cuantos contenedores de obra y bolsas de basura, para que la gente no sea marrana y no haga como en la Fiesta de Interés Internacional del Sella, que por no haber tales espacios para tirar la basura, se  recogieron cuarenta toneladas de mierda. Hay que ser marranos, para disfrutar las fiestas de Las Piraguas entre tanta inmundicia.

Así que ya saben, señores alcaldes: contenedores y bolsas de basura, que dejarán la majada hecha una hermosura y no una caca como Las Piraguas, que les deberían dar Fiesta de Interés Basurera. Predicar en el desierto.