Opinión

Y al final conocí a Barbón

El otro día y, después de varios años, conocí al presidente de Asturias en su despacho. No nos habíamos conocido por una gran falta de educación suya hacia mi hace varios años. La pandemia hizo que los años pasaran sin vernos, y él encima se contagió del mal. Hacía de “introductor de embajadores” Juan Cofiño, que por razones de edad y vecindad, lo conozco hace muchas décadas. Juan marchó enseguida y continué un rato con el señor Presidente, también casi abogado, porque un licenciado en derecho no es un abogado. Me da que don Adrián Barbón en su vida picó pleito alguno. Es un gran rapazón, y un gran viajero por toda la región. Pienso que le falta mucho oficio, justo el que le sobra a Cofiño natural de Prunales –tierra de buenos chavales– en el concejo de Parres. Por motivos de edad, Juan y yo podríamos ser el padre del rapazón Presidente. Lo ví más verde que toes les praeríes de Parres y Laviana xuntes. Cierto, fue alcalde de Laviana, diputado en el Congreso y otros diversos cargos políticos. Pero desde mi punto de vista, le faltan otras dos legislaturas para adquirir los conocimientos necesarios para gobernar una Asturias, que hace semanas describía con gran maestría en diario regional un periodista con gafas y mucho oficio. El citado informador –singular como muy pocos– describía un panorama futuro muy, pero que muy complicado. Y no sólo es este periodista citado sin nombrar. Varios catedráticos en economía Asturianos y de otras nacionalidades – que en su día ocuparon puestos de gran relevancia política y universitaria– definen los agudos problemas que va a sufrir Asturias. Sinceramente pienso que Barbón está a años luz de ser el encargado de llevar adelante la tarea política que viene.

Ocho años de inacción del peor Presidente de Asturias Javier Fernández, nos hicieron perder ya definitivamente ese tren que gracias a sus nefastas gestiones sigue yendo a 30 por hora por la rampa de Pajares

Pero no son solo los catedráticos Asturianos. Otros profesionales de la ciencia, economía y  diversos campos, opinan que Asturias “retrocederá” un siglo. Y hace un siglo Asturias era muy pobre. La cada vez más desmantelada industria nos aboca hacia un destino de “Museo Turístico” y ese no es el camino. Habrá algunos pequeños clusters que aguantarán el embate, pero nada más.

Asturias es como si fuera un pequeño barrio de Madrid en cuanto a población se refiere. Y un tercio de esa población somos jubilados. Precisamente nosotros los jubilados –con pensiones altas en la gran mayoría– somos los que estamos tirando de un carro que cada vez chirría mas.

Ocho años de inacción del peor Presidente de Asturias Javier Fernández, nos hicieron perder ya definitivamente ese tren que gracias a sus nefastas gestiones sigue yendo a 30 por hora por la rampa de Pajares; gracias a sus inexistentes gestiones, los trenes de vía estrecha, los del FEVE antiguo, logran unas medias como las de hace un siglo: a 30 por hora.¿ Y cual es nuestro punto actual? Malo no, muy malo.

Para tratar de adrizar este “barco de Asturias” hace falta un capitán y una tripulación de lujo. Justo la que a día de hoy no tiene Asturias.

El turismo tradicional de Asturias, no es ni mucho menos de lujo. Nuestro turismo es de gente trabajadora, de una clase media que va disminuyendo y muy pronto desaparecerá

Veo al gran rapazón muy preocupado por el Occidente, donde barrunta va a perder un diputado o más. Veo a un Presidente viajero, pero sin tener marcada una ruta a seguir y no quiero ponerlo más negro, como el carbón que salía de su Laviana natal. Pienso que ni con un gran capitán esto de Asturias tenga buena salida. Fijan muchos despistados que la salida de Asturias en el turismo y los museos, sin contar a la gente que el turismo se paga con excedentes de renta. El turismo tradicional de Asturias, no es ni mucho menos de lujo. Nuestro turismo es de gente trabajadora, de una clase media que va disminuyendo y muy pronto desaparecerá. Asturias tiene recursos y condiciones para capear el temporal que viene, pero ese temporal no se arregla con estar todo el día cantando las excelencias del Occidente o preocupándose por los 80 empleados de Danone. Que está muy bien, pero poco se resuelve con ello, frente al reto de Asturias. No debe de olvidarse el rapazón de les cuenques, lo que le paso con los 400 empleados de Alcoa en Aviles. Pero Barbón continúa de viaje con diarias semeyas en diferentes medios regionales y redes sociales. Insisto: somos un pequeño barrio de Madrid, totalmente envejecido y con un futuro, a decir de grandes profesionales, más oscuro que el de todes les mines de les cuenques.

Ya para terminar veo al señor Presidente muy seguro de ganar las elecciones del año 23. El día 19, viendo lo que pasará previsiblemente en Andalucía, tendré que escribir otro artículo que hoy pienso cómo lo podría titular: “Cuando las barbas de tu vecino (andaluz, por citar ejemplo al uso) pon las tuyas a remojar”. Concluyo que menuda epístola le dedico al Presidente Barbón. En el sector primario sus políticas son tan nefastas como la de su antecesor Fernández. Asturias, capitaneada por Barbón, presupuesta cientos de miles de euros para que los bomberos apaguen incendios. Y el capitán Barbón y seguramente toda su tripulación, no se da cuenta por ejemplo, que esa brutal cantidad de recursos, se podrían emplear en limpiar montes y adecuarlos para el futuro de la región. Cuando un monte se quema, algo nuestro se quema. Y estimado rapazón, ni eso acabaste de entender.