Opinión

Félix Rodríguez de la Fuente, la ciencia y la investigación

En el año 1980 el Dr. Félix Rodríguez de la Fuente no tuvo suerte como yo y murió cuando su avioneta se estrelló en Alaska mientras filmaba una travesía de perros con trineo. Corre mucho por las redes una arenga que echó hace 42 años.

En España la corrupción y la permisividad con el fraude fiscal, nos llevan en la actualidad a un escenario económico muy complicado.

Les hago un pequeño extracto, para que se animen a escucharlo, y los parroquianos más veteranos que le manden al hijo o nieto que le la pongan si ven interesante lo que van a leer y que podrán escuchar en unos cinco minutos que a mi me dejaron un excelente sabor de boca:

“Aunque parezca mentira, cuando la humanidad tiene que tomar una medida drástica y trascendente, cuando a usted le tienen que operar de una apendicitis, llama a un científico, que es un cirujano o un médico (..). Ahora bien, cuando se quieren tomar medidas a medio y a largo plazo quien lo decide es un hombre que tiene muy poco de científico y, si lo tiene, es por casualidad: un político (..).

La ciencia nos puede otorgar los elementos que precisamos para salvar la humanidad. Sin embargo, las decisiones no pueden tomarlas aún los científicos, las toman los políticos”.

Un gran parroquiano y amigo, me dijo que estoy muy obsesionado con los políticos. Como siempre le hago mucho caso, omito cualquier comentario sobre estos sujetos, que me tienen muy aburrido con sus guerras y arengas estériles. Y ya puestos, les hago una referencia de un gran mandatario mundial, que lo primero que hizo nada más llegar al poder, fue meter en la cárcel a infinidad de altos cargos que eran unos corruptos. En España la corrupción y la permisividad con el fraude fiscal, nos llevan en la actualidad a un escenario económico muy complicado. Estoy convencido que si en nuestro País se situara un líder que atacara estos dos asuntos y metiera en la trena a variopintos corruptos –no solo políticos–, sería el líder que necesita España.  Muy mucho me temo que, o viene uno de fuera (un “coronavirus” en forma de dirigente) y nos mete en cintura, o no nos apeamos de la corrupción en décadas. Igual llega. Vete tu a saber.