Cuando le dije al director sobre lo que pensaba escribir me preguntó «¿escribirás otra vez lo mismo que siempre?», a lo que respondile que el Insistencialismo es una buena idea filosófica. Pues nada, a insistir.
Para hacerlo un poco diferente a lo de siempre, voy a empezar cambiando el sistema. Vamos a invertir la carga de la prueba, es decir: en lugar de aportar razones para defender mi propio punto de vista, que sea el Gobierno asturiano quien aporte razones para mostrar que uno está totalmente equivocado. Todos los días nos cuentan que hay dinero a mansalva para la translación al mundo digital.
La Inteligencia Artificial (que deja a todo el mundo con cara de póker), puede ser un punto de partida para esta inversión de la carga de prueba. Pero vamos a ver, malandrines. Sabrán cuales son las dimensiones de Asturias, de la tecnología digital de cámaras, diurnas y nocturnas. Sabrán qué son y cómo funcionan los drones. Pues yo voy a escribir lo que pienso.
Actualmente se invierten cantidades ingentes de dinero en apagar fuegos GRANDÍSIMO ERROR, porque el fuego arrasa con toda la materia orgánica e inorgánica del suelo ya eso no se le dav alor. UNA BURRADA.
Ahí mi manera de abordar este asunto: Asturias mide más o menos 400 kilómetros a lo largo por unos 230 kilómetros en la parte más ancha y unos 5 en la más estrecha. Ojo, más o menos, pero como ya quedamos que invertimos la carga de prueba, ya dirán los doctos si digo bien o mal.
DRONES:
Los hay de todos los tipos y colores, incluso que llegan a hacer más de 2.000 kilómetros. Me quedo con los pequeños y propongo a los grandes pensantes de INDUROT (Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorios) que, a la vista de sus afirmaciones, no tienen ni puñetera de cómo funciona un dron.
Pues nada, moninos del INDUROT. Coged un compás y trazar circulinos en Asturias con un radio de 14 kilómetros. A partir de ahí, pondréis un dron incluso con cámara de visión nocturna que durante unos 40 minutos estará dando vueltinas, en busca del “pirómano perdido” (dicen los doctos del INDUROT que el 99% de los incendios son provocados). Como a los 40 minutos se acaba la batería estableceremos casetas con pista de aterrizaje donde un operario irá cambiando baterías, para que el dron no pare de vigilar. ¿Será esto muy caro?
Pues no lo sé, pero probablemente un 50% o más barato de lo que hoy cuesta lo de apagar. Con un radio de 14 kilómetros y según la tradicional y legendaria fórmula de dos pierre, nos sale que el dron recorrerá círculos de 88 lilómetros vigilando al pirómano (99%) de los incendios, que más o menos nos llevará a unos 6-7 drones a lo largo y unos 3-4 a lo ancho y, pongamos, una docena de casetas con un generador para recargar baterías y tres operarios por caseta (cinco cubriendo los turnos).
Resumen de los resúmenes:
Un compás, unos cuantos drones, unas casetas forestales (muchas ya están hechas) y el 99% de los pirómanos que sepan que hay unos aparatucus, llamados drones, que los estarán vigilando e identificándolos llueva, haga viento o con densa niebla (no olviden que los aviones funcionan entre la niebla) los 365 días del año y las 24 horas.
Invertiremos la manera de afrontar el problema. SEGURO QUE NO, pero no me digan que la idea no es singular, pensada para mentes de periodistas que a veces ven mucho más que los doctos. Abundantes doctos afirmaban y sentaban cátedra de que era imposible hacer un periódico rentable, que fuese gratuito. Ahí lleva EL FIELATO cerca de 30 años. Pues en lo de los drones, incendios y demás dirán lo mismo. Así nos va.
