Opinión

Ribera de Arriba

Ya sé, ya sé que Ribera de Arriba no está en la zona de nuestros Periódicos, pero lo quiero poner como un gran ejemplo del Municipalismo en España. Él que fue durante 36 años alcalde de aquel municipio ––cuya capital es Soto de Ribera–– logró tras décadas al frente de su Ayuntamiento, dejarlo con 12.000.000 de euros en el caxón y otros cinco de presupuesto del ejercicio. Pero José Ramón García Saiz se jubiló –que más de tres décadas agotan a cualquiera–. Yo tuve la inmensa suerte, y la sigo teniendo, de contarlo entre mis amigos, porque está casado en Cangas de Onís, donde recientemente falleció su suegra, lo cual no es óbice para que siga viniendo.

El otro día, me lo encontré en la Sidrería El Polesu de Cangas de Onís, una catedral para los que amamos los caldos de la manzana. Lo saludé como es habitual y, de paso, le comenté sobre una noticia reciente que había visto en la prensa. Parece ser que el Ayuntamiento cambió un excepcional convenio que tenía con Hidroeléctrica del Cantábrico, detonante de que sea un municipio tan rico. Le pregunté por tal cambio a lo que me contestó. “Borja yo ya no estoy en la Alcaldía, fueron muchos años y no te puedo decir a ciencia cierta como está ese asunto. Lo mucho o poco que se, es por la Prensa. El convenio estaba muy bien  hecho ante notario y debidamente registrado, pero los tiempos cambian. Ahora hay otro alcalde y otra Corporación. Así que si te quieres enterar, tendrás que ir a preguntar a los actuales concejales”. Ví a José Ramón García Saiz preocupado, esquivo y con pocas ganas de hablar de este asunto.

Me quedé yo mal a gusto y ni corto ni perezoso contacté con gente que uno conoce por la zona y me adentré más en el asunto. Hay “changüí” seguro, barruntaba yo. Y vaya si la hay. Más de la que dice la prensa. A través de gente del Partido Popular conocí al hoy concejal, Pablo García Menéndez, que, casualidades de la vida, es de Cudillero, justo del concejo de mi mujer Carlota. Ese asunto me hizo hacer más fluida la conversación, porque como es natural a mi solo me conocía de referencias y a la familia de mi mujer si la conocía mucho más. Me fue contando sobre el asunto del nuevo convenio con la sucesora de Hidrocantábrico, EDP.

«La verdad es que de momento sobre ese nuevo convenio se muy poco porque en un pleno en el que me opuse al alcalde se le concedió (no se muy bien a santo de qué) un poder para cambiar el convenio de 2005 con Hidrocantábrico. Votaron a favor seis concejales del PSOE, uno de Cs y en contra el concejal de IU y yo. Cuando ví lo que salía en los periódicos inmediatamente me personé en el Ayuntamiento a enterarme del asunto y ante el hermetismo del alcalde (como si fuera un secreto de Estado) me puse manos a la obra y presenté un escrito el 23 de Diciembre preguntando por el asunto. La respuesta de la alcaldía fue que en el siguiente pleno ya se comunicará el asunto. Me temo lo peor, porque para hacer ese nuevo convenio de tantísima importancia para nuestro Municipio, desde mi punto de vista había que cumplir con una serie de requisitos que ya los planteé en el último pleno de fecha 18 de Diciembre de 2019».

No le decía amadísimo parroquiano y lector, que algo me olía a chamusquina. Cada vez huele peor, pero yo como no conocía de nada al concejal Pablo García y el asunto me seguía llamando la atención le dije si le podría ir a ver. Cual sería mi sorpresa, que me dijo que iba a venir a Covadonga. Vino con un  montón de documentos y quedé asombrado de una más que posible anomalía del actual alcalde, Tomás Manuel Fernández Muñiz. Para tomar una decisión de este calibre (hablamos de millones de euros) la ley obliga a cumplir una serie de requisitos y me da que no se cumplió uno. «Claro que no se cumplieron, fue todo hecho con mucha prisa sin ni siquiera presentar un informe jurídico de la decisión que se llevaba a pleno, ni un informe de intervención y secretaría sobre un asunto que afectará a millones de euros en los próximos años. Todo es muy raro y no anda usted muy equivocado, algo no me cuadra».

Y tal como se lo cuento, me quedé asombrado de la que tomaba un café en Hotel Pelayo de Covadonga. Mi olfato periodístico no me parece que ande equivocado, así que Pablo quedó en pasarme más información, que a pesar de ser su Municipio lejano con los concejos de nuestro entorno, no deja de ser interesante y llamativo el asunto. De todas maneras insistí mucho al concejal Popular que nuestros periódicos son locales y su localidad está alejada de nuestro radio de difusión. Sí le comenté que dada la entidad del asunto que hablara con José Manuel Felgueres, Diputado por el Oriente del partido Popular que lo conozco de hace muchos años y me parece puede ser muy útil en este oscuro asunto.