Opinión

Santa semana

Por fin y, a la espera de lo que pase en los siguientes quince días (cantidad de infectados y reinfectados por Covid), lo que nos dará una idea certera de por donde van los tiros, no los de UCRANIA, no; los del dichoso Covid que nos privó un par de años de la Santa semana.

Es curioso. La gente se echa a las calles, lloran y se emocionan con los pasos de las cofradías. A la vez yo me pregunto el motivo por el que decenas de millones de personas en España no quieren saber nada de la organización católica mandante-mangante. Mi respuesta, no sin amplia reflexión, es sencilla: la gente no cree en los Papas, ni Cardenales, ni Curas, ni nada de nada. Son ellos los que probablemente fastidien nuestra cotidiana vida y encima nos hagan cargar con su puñetera cruz. No lo ven. Ahora que tanto se habla de la igualdad entre mujeres y hombres; los techos de cristal; los matrimonios entre gentes del mismo sexo y mil historias diferentes, las mujeres religiosas de la “variedad” católica, son discriminadas a tareas menores: tipo limpieza y aseo de “estancias” de los señores de la curia, por citar ejemplo manido.

Un cura “vende un producto” inmejorable. ¿Cómo que inmejorable?: ¡¡¡EXCEPCIONAL!!! No matarás, no robarás, recuerdo ahora la ley de inmatriculaciones de Aznar, mediante la cual la Iglesia puede robar legalmente lo que le venga en gana y otras cosas por el estilo curil.

A la vez, estos curas tienen un contubernio que lo llaman voto de castidad. Es decir, que su miembro viril solo vale para hacer pipí y punto. ¿Pero no lo ven? Qué se puede esperar de esta tropa. Perder el tiempo, porque ellos, los ejecutivos de la religión son así, aunque muchos no lo quieran observar ¿Nadie se da cuenta que en el máximo gobierno de la iglesia tendría que estar todos jubilados?

Pero ni en eso creen. Por citar al actual Papa, con 85 años, qué demonios hace el pobre hombre. Jubiláu tenía que tar, pero ahí lo tienen dirigiendo la mayor empresa del mundo. Y ojo: son accionistas en empresas de todo tipo. Lo suficientemente influyentes como para parar cualquier guerra y erradicar el hambre del mundo, con solo un chasquido de un dedu. Pero no lo pueden hacer. Va en contra de los intereses de sus  multinacionales empresas, las de armamento y farmacéuticas e inmobiliarias en nada les son ajenas. El jesuita Francisco, Argentino para más datos, es imposible que pueda dirigir a esa edad tan descomunal empresa. Buffff. Me pierdo, centrémonos en la santa semana:

Buen negocio, este año el turismo “santo” fue de maravilla que buena falta hacía. Ahora llegan las fiestas de los pueblos, en las que todo gira entorno al Santo y el cura que le toque el turno. Eso del cura del pueblo ya no se lleva, porque faltan muchísimos curas porque según la curia faltan vocaciones. Vocación de convertirte en una persona que reniega de tal condición, lleva a escenarios poco deseados, de los que la pederastia en nada les es ajeno a los amos del mundo religioso. Qué pena. Un cura “vende un producto” inmejorable. ¿Cómo que inmejorable?: ¡¡¡EXCEPCIONAL!!! No matarás (anda que en Ucrania no están matando ni nada); no robarás, recuerdo ahora la ley de inmatriculaciones de Aznar, mediante la cual la Iglesia puede robar legalmente lo que le venga en gana y otras cosas por el estilo curil.

Amadísimo Parroquiano: ¿le extraña que la gente no quiera ir a misa ––entre otras cosas porque no hay curas––; o casarse por la iglesia  porque luego anular el matrimonio (lo que Dios ha unido que nadie lo separe) en la “noble” institución eclesiástica es muy complicado, salvo que tengas mucha pasta. 

Concluyo con algo de mi cosecha después de casi 68 años peinando canas. Yo sí creo en Dios. Los curas se sirven de Él porque quieren vivir como Dios, pero sin dar palo al agua y “sableándolo”, a poco que se descuide. 

 Por eso para mi no es Semana Santa, en una santa semana para ganar buenos dineros.

 En el nombre de Dios se hicieron y hacen las mayores barbaridades del mundo. Ahora mismo lo de Ucrania, que  no es solo cosa de Putin. También es asunto del jefe de Dios en Rusia un tal Vladímir Mijáilovich Gundiáyev Cirilo I, que es íntimo amigo y asesor de Putin. Estoy convencido que Cirilo I a sus 76 años cree firmemente que masacrar a pobres niños indefensos está muy bien. Y el otro anciano Papa francisco, anda de videoconferencias con Cirilo, pa ver si matan menos. De paso el Argentino anda de procesiones y oraciones. Menuda banda actuando siempre en el nombre de su Dios, que nada tiene que ver con el de miles de millones de personas.

Menos mal que mis padres no están, porque si leyeran esto daría para grandes enfados y discusiones filosóficas. Los de mi casa eran muy cureros. Yo creo por convicción en Dios. Como buen Asturiano que pretendo ser, ADORO A LA VIRGEN DE COVADONGA, a quien visito con frecuencia. Pero siempre con una regla: si veo un cura, anulo el placer de echar una parrafada con  la Patrona. Generalizar es malo, pero dar con un cura bueno ye un milagro. Y eso que en mi pueblín adoptivo de Fios tuve y tengo unos párrocos fenomenales. Don Miguel Campón, era un sabio y excelente persona. Don José Cernuda, escribió en diario regional una carta excepcional a la muerte de mi hijo Eduardo, y lloró a moco tendido el día de su entierro. Y el cura párroco don Amaro es la bondad andante. Dicho sea de paso, a los dos nos vendría muy bien caminar más. La última vez que hablé con él me dijo que había comprado una bici eléctrica como la mía, pero lo sigo viendo subir a Fios en coche. Una buena persona, de los que como yo creen en Dios.

Amén.

Nota:

MUY RECOMENDABLE, sobremanera para mis parroquianos creyentes que les parecerá muy mal lo que escribo esta semana. Como supongo serán lectores de cierta edad y que no dominan las técnicas de Internet, díganle a alguien que le ponga este enlace y escuche. Cuenta cosas que dan que pensar. Y ya saben: pensar es muy saludable.

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Y ya puestos, si quieren profundizar más…..

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