Opinión

Las subvenciones TRAMPA

“El Leader: una tortura burocrática que habría que cambiar de abajo a arriba”, así me definía hace bien poco un alcalde socialista el programa de ayudas Leader, que sobre el papel es una magnífica idea, pero que la administración convierte en una tortura, lo que hace que muchos ni se planteen pedir la ayuda, y otros tantos desisten de la misma tras haberla solicitado.

Y no solo el Leader es un tormento. La semana pasada llamó por teléfono a la redacción la propietaria de un hórreo en Villaviciosa, que animada por el anuncio del Principado de subvencionar la restauración de los hórreos, solicitó la ayuda para evitar que el suyo terminará, como tantos, derrumbándose.

La buena señora desconocía el proceder de la administración regional y se topó con esa rémora de bruces. Solicitó la ayuda, pero resulta que si esperas a conocer si te la conceden o no, después es imposible tener la obra hecha (materiales, carpintero etc., etc.) en el plazo que te exigen para justificar la subvención. Así que, como tenía unos ahorros, decidió contratar la restauración presupuestada en 23.000 euros. Su sorpresa es que, visto que pasado el verano seguía sin saber nada del Principado, allá que se plantó para saber que había pasado con la solicitud. «No tiene usted los puntos suficientes, así que no se la han concedido», le respondió el funcionario de turno. Y no se trata de un caso aislado, porque también en Villaviciosa, otro hórreo de hace más de 500 años, cuya restauración está valorada en 20.000 euros, se quedó sin arreglar porque a su propietaria le concedieron una ayuda de 1.900 euros, que no da ni pa la ripia.

Las ayudas y subvenciones públicas tienen mucha letra pequeña, como las que tenían las famosas preferentes que los bancos endosaron a su clientela y, además, las tramitaciones se hacen eternas, por eso la gran mayoría son subvenciones trampa.