Opinión

Adiós a Marcelino Gutiérrez y el sindiós de la residencia de Arriondas

El pasado domingo los periodistas asturianos nos enfrentábamos a una triste noticia: el fallecimiento de Marcelino Gutiérrez, director de El Comercio. Aquí, en la Comarca de los Picos de Europa, Marcelino era una institución, puesto que se encargó de fundar la delegación del Oriente, responsable de dar forma cada día a la edición de la zona. De ella, y en parte gracias a las enseñanzas de Marcelino, salieron algunos de los mejores periodistas de Asturias. Mis amigos y compañeros Ana Moriyón, Eva San Román, Iker Cortés, Irene García y Miguel Rojo siempre me transmitieron el profundo respeto y admiración que sentían hacia él, a quien consideraban un maestro. Ensalzaban su dedicación absoluta al ejercicio del periodismo y su capacidad de trabajo. A ellos, y a todos los compañeros de El Comercio y familiares del finado, les envío desde aquí un fortísimo abrazo. Para mí, Marcelino fue un gran compañero, puesto que siempre acompañó a este periódico en los buenos y malos momentos. Y un periodista que es buen compañero es, por definición, una buena persona.

CPR de Arriondas

Desde que aterrizó en El Comercio en 1998, Marcelino luchó por la libertad de expresión y dio voz a través de sus historias a los silenciados, a quienes apenas tenían medios para hacerse oír. Su diario se hizo eco de los problemas que atraviesa la residencia de mayores ERA de Arriondas. Al cierre de esta edición, Catering 45, que gestiona la cocina y cafetería del centro, no está pagando a los proveedores y empleados. Estos últimos son quienes tienen que coger dinero de la caja de la cafetería para salir a comprar alimentos, tras quedarse sin proveedores por los impagos. El problema es que apenas queda dinero en la caja y, cualquier día, nuestros mayores quedan sin comer. Así de triste y crudo. Soy de las que creen que los niños y los mayores son sagrados por la indefensión en la que se encuentran. Es indignante que una persona mayor, que paga más de 2.000 euros al ERA, pase falta de yogures, fruta o verduras. Solo IU de Parres y la Asociación de Familiares del centro están tomando en serio este problema. A ellos les mando mi más sincero agradecimiento. Es incomprensible que el resto de asociaciones y partidos del municipio mire hacia otro lado. Nada, absolutamente nada es más importante en Parres que garantizar que nuestros abuelos se alimenten correctamente y las diez trabajadoras a las que alguien está robando su salario cobren lo que les corresponde. Insisto: nada es más importante. Por eso aprovecho la ocasión para preguntar al presidente Barbón, que me consta lee EL FIELATO, si es cierto que el ERA debe o debía 150.000 euros a Catering 45 como se rumorea en la residencia. Espero respuesta del presidente y también del resto de la sociedad parraguesa. Porque ese silencio, callar frente a la infamia, nos describiría (y no precisamente para bien). Siempre creí que Arriondas es valiente, justa y solidaria. Demostrémoslo y no dejemos solos a nuestros mayores y las diez familias sin ingresos debido al impago de sus nóminas.