Opinión

Condenados por capullos

Tendrán que ser los jueces los que diriman si hubo o no violación en el caso de los cuatro portugueses detenidos en Gijón y que fueron acusados por dos chicas de haber sufrido una agresión sexual bastante violenta. La presunción de inocencia estará para algo, pero es evidente que si la jueza ha ordenado el ingreso en prisión de dos de ella, es que ha encontrado indicios suficientes para pensar que hubo un delito.

Lo que si parece bastante reprochable es la actuación del abogado defensor de los varones que ha ocasionado ya más de un incidente con la acusación particular y que se ha tomado su oficio casi como un proceso al propio Código Penal. Uno no sabe si su presencia en este caso obedece a que ha sido designado en el turno de oficio o si alguien recomendó a los cuatro portugueses que les representaran. Pero da la impresión de que si han sido los propios chavales o sus padres los que han buscado al representante legal deben ser condenaos por capullos como agravante, porque más parece que el citado letrado demuestra estar más interesado en hacer un circo político del caso que en cumplir su labor como mejor puede.

Sabéis que el partido ultraderechista Vox quiere cuestionar el consentimiento de las mujeres a la hora de mantener relaciones sexuales y sobre todo desobedecer la ley de solo sí es sí que ha puesto en marcha este Gobierno progresista y que a la derecha le huele a chamusquina

En efecto, presentarse ante los medios de comunicación con una mascarilla de legionario y soltar por su boca los improperios propios de un faltón de chigre, con el fin de tratar de arrimar el ascua a su sardina que de hacer el trabajo que le corresponde no parece la mejor estratega procesal para sus defendidos y medio acusar de un delito a la alcaldesa de Gijón y al presidente del Principado por participar en una manifestación contra las agresiones tiene mucho más de provocación que de acierto jurídico.

Cada uno es muy libre de llevar adelante la estrategia de defensa que le parece oportuno, pero dejadme deciros que si alguien en un recurso ante el juez se acuerda de su santa madre en términos poco edificantes, casi seguro que su apelación acabará en la papelera del despacho de su señoría.

Y sí, parece de capullos elegir a uno de los letrados más impresentables del Colegio de Abogados de Gijón, a juicio de sus propios compañeros de oficio con los que parece que no tiene excelentes relaciones ni mucho menos. Pero eso es ya inmiscuirme en los derechos de los acusados, aunque mi objetivo al escribir estas líneas es aconsejarles por su bien.

Habrá que estar atento a los próximos pasos en este juicio, si se pone a los portugueses en libertad o se hace ingresar en prisión a los otros dos que están en su país

Existen una serie de actuaciones letradas cuando se trata de violaciones o de agresiones a mujeres que llevan el distintivo de la ultraderecha para hacer pensar a los sentenciares que el feminismo es culpable de responsabilizar a los hombres de todos los males y que una relación consentida se convierte por obra y gracia de esas feminazis (el fascismo, dixit) en una violación. Ya se experimentó en el primer juicio de La Manada, en Pamplona, aunque los tribunales superiores no cayeron en la trampa y en otros procesos famosos contra las libertad de las mujeres.

Sabéis que el partido ultraderechista Vox quiere cuestionar el consentimiento de las mujeres a la hora de mantener relaciones sexuales y sobre todo desobedecer la ley de solo sí es sí que ha puesto en marcha este Gobierno progresista y que a la derecha le huele a chamusquina. Pues, que queréis que os diga. A mi me da la impresión de que este letrado, de cuyo nombre no quiero acordarme, está jugando a ese juego peligroso y prefiere más llevar el juicio al terreno político que al de los hechos probados.

No sé yo, además, si han sido los propios padres de los dos encarcelados en Gijón o alguien que los están utilizando quien ha protestado porque no les dejan ver a sus retoños en prisión. Vamos a ver si están incomunicados y sin fianza, quiere decir qu nadie puede comunicar con ellos (salvo su abogado, lógicamente) y da la impresión de que la protesta paterna es un rasgo de progenitores consentidores. Y si a los niños se les maleduca, pasa lo que pasa.

Habrá que estar atento a los próximos pasos en este juicio, si se pone a los portugueses en libertad o se hace ingresar en prisión a los otros dos que están en su país. Lo que no se puede permitir desde el punto de vista de la neutralidad jurídica es que alguien quiera hacer carrera política para alcanzar objetivos que poco tienen que ver con el caso. Los abogados a defender y si quieren circo, que se apunten al Holiday que anda estos días por Asturias.