Opinión

El indulto de Riopedre

Iglesias Riopedre

Concibo el indulto como una forma de reparar una injusticia palpable, mitigar el dolor de un encarcelado, a causa de una enfermedad o deficiencia degenerativa o como consecuencia de una petición sincera de perdón por el delito cometido y la promesa fehaciente de que no se repetirá.

Aunque Iglesias Riopedre cometió un delito y así lo demostró el tribunal que lo juzgó, no se enriqueció con el dinero obtenido por su irregularidad

En una de esas categorías se encuentra el ex  consejero de Educación en el Gobierno del socialista Vicente Álvarez Areces, José Luis Iglesias Ripoedre cuyo deterioro físico es evidente ya que ha tenido que ser hospitalizado en varias ocasiones a causa de sus dolencias.

Por otra parte, aunque Iglesias Riopedre cometió un delito y así lo demostró el tribunal que lo juzgó, no se enriqueció con el dinero obtenido por su irregularidad, puesto que lo hizo para favorecer a su hijo, en circunstancias laborales complicadas, contrariamente a otros procesados en el mismo asunto.

Quienes conocen y trataron al ex líder del SOMA, saben que José Angel Fernández Villa siempre tuvo más cuento que Calleja

Es difícil de entender cómo la situación de salud del ex consejero no ha conllevado una calificación más leve de su internamiento y cuando no una adecuación de su condena a la realidad de su estado, como ha manifestado en varias ocasiones el abogado del reo.

Curiosamente, la Fiscalía ha solicitado que no ingrese en prisión el ex sindicalista y todopoderoso responsable del SOMA, José Ángel Fernández Villa, dado su deterioro cognitivo por lo que tanto el Ministerio Público como la acusación particular que ejerce el sindicato minero coinciden en evitar el encarcelamiento del condenado a tres años de prisión por apropiarse de fondos del mencionado sindicato.

No deja de sorprender la doble moral de la Fiscalía en un caso y en otro y, sobre todo, que matice contundentemente que mientras Riopedre tiene un problema físico, Villa padece una enfermedad mental que no le hace ser consciente de lo que supone su encierro.

 Yo no digo que Ripedre no haya sido condenado legítimamente, como Villa. Solo digo que un enfermo que requiere de constantes visitas a un centro sanitario merece la oportunidad de que se le conceda una medida de gracia

Quienes conocen y trataron al ex líder del SOMA, saben que José Angel Fernández Villa siempre tuvo más cuento que Calleja y son conocidos sus frecuentes supuestos ataques cardíacos o de otro tipo cuando se encontraba en dificultades o asediado por sus rivales o compañeros del sindicato. Lejos de mí asegurar que el antiguo sindicalista finge su deterioro mental, pero no parece lógico que dado su enriquecimiento ilícito no pase ni un solo día en prisión. Bastaría con un trimestre entre rejas para que, se diera cuenta o no, Fernández Villa rindiera cuentas a la Justicia.

Dura lex, sed lex, que dicen los clásicos del Derecho cuando tratan de explicar sentencias o decisiones jurídicas discutibles. Yo no digo que Ripedre no haya sido condenado legítimamente, como Villa. Solo digo que un enfermo que requiere de constantes visitas a un centro sanitario merece la oportunidad de que se le conceda una medida de gracia. Humanum est, para seguir con los latinajos.