Opinión

Los ladrones de tus ahorros

Vas con cierta urgencia a tu sucursal del Banco Herrero (aquí podéis poner la entidad que os parezca más apropiada porque en estas cuestiones todos los bancos son pardos) porque debes hacer ciertas gestiones que tienen como hora límite las once de la mañana y resulta que hay una cola del copón y empiezas a temblar como un flan por si no te da tiempo a cumplir con tu objetivo.

No sé si los bancarios se darán cuenta de que son carne de cañón.

Y mientras esperas la fila disciplinadamente, escuchas en una mesa cercana a un empleado decirle a una mujer que ya no cumple los 85 años que esa gestión la puede hacer perfectamente por internet, porque es muy fácil. Y la buena señora pone unos ojos como platos, talmente como si le tirara los tejos el mismísimo Andrés Velencoso y farfulla algo sobre lo extraño que es para ella eso de internet y las redes sociales.

Y el empleado del mes con la condescendencia que da la superioridad le pregunta que si no tiene algún nieto que le resuelva el asunto porque ya sabemos que los jóvenes esto de las nuevas tecnologías lo tienen chupao y están perfectamente integrados.

Hay que ser muy hijo de puta, pero muy hijo de puta para engañar a tu propio abuelo y dejarlo a merced de los tiburones de las finanzas, con tal de ganar unos pocos euros más

No me dio tiempo, porque la cola corría, a saber la respuesta de la anciana, pero yo me pregunto, ¿y si la buena mujer no le quiere contar a nadie sus secretos bancarios?, ¿y si su nieto es un jeta y se aprovecha de internet para estafar a su abuela? ¿y si no tiene nietos y vive sola en una buhardilla?.

La insensibilidad de los empleados bancarios es poverbial. Y lo peor de su actitud es que son unos inconscientes, porque de su falta de empatía con los viejos para no facilitarles la tares (que es su trabajo) se aprovecha la junta directiva del banco que sea (todos son iguales) para presentar un ere y mandarle a casa a los cincuenta y tantos, aunque sea con buenas condiciones, cuando puede rendir todavía diez años más en perfecto estado de revista. Pero no sé si los bancarios se darán cuenta de que son carne de cañón.

Cuando empezó esto de la banca y los préstamos y la madre que lo parió, las entidades financieras te daban un porcentaje (el rédito se le llamaba) si les dejabas las perras en depósito. Como eso de la banca, lo inventaron los judíos, la Iglesia católica, que siempre odió a los hijos de Sion, se inventó el pecado (y hasta el delito) de usura para que no se beneficiara a los discípulos de Yahvé. Claro que si lo hubiera inventado un fraile benedictino, meter el dinero en el banco tendría indulgencias plenarias.

Ahora, que queréis que os explique yo, te cobran comisiones por sacar del banco tu propio dinero y olvídate del rédito y de la madre que lo parió. Es la regla del juego, hasta que alguien con dos ovarios les pongan firmes y les obliguen a cumplir como servicio público que son. Son conscientes, también, de que falta un siglo para que alguien les haga encontrarse con la horma de su zapato. Y seguirán ganando terreno y a hacerse más ricos de lo que son.

Como dice un buen amigo, “hay que ser muy hijo de puta, pero muy hijo de puta para engañar a tu propio abuelo y dejarlo a merced de los tiburones de las finanzas, con tal de ganar unos pocos euros más y que el consejo de administración te proponga para un ascenso...hasta el próximo ERE. Yo, hace tiempo que no creo en la bondad del ser humano, pero estoy de acuerdo con mi amigo: hay que ser muy hijo de puta.