Opinión

Un Nobel de Literatura en asturiano

El último Premio Nobel de Literatura fue concedido en 2023 al escritor noruego Jon Fosse y muchos españoles apenas lo conocíamos y no es de extrañar porque no escribía en la lengua oficial de su país, sino en una minoritaria como es el nynorsk, lo que quiere decir que un buen autor puede escribir en el idioma que más le plazca, siempre que lo haga bien y a gusto de los académicos suecos.

Digo esto porque, ahora que algunos bípedos cuestionan que el asturiano sea una lengua para comunicarse, deberían conocer no solo la obra de Fosse sino que existe un idioma minoritario en la minoritaria noruega y que lo hace tan bien que hasta los que entienden de literatura le han otorgado el máximo galardón de las Letras, dicho sea con el permiso de los premios Princesa de Asturias.

En España hay unos cuantos idiomas españoles: el castellano, el gallego, el catalán, el euskera y otros. También el asturiano, claro.

Reivindicar, pues, la oficialidad del asturiano y su papel como vehículo de comunicación de las gentes es, como nos enseña este premio, una cuestión fundamental que solo el sectarismo y la falta de perspectiva de muchos de sus detractores impedirán que se desarrolle como idioma y quién sabe si algún día nos puede dar una sorpresa más que agradable.

Algunos españoles de pro creen que solo el castellano es una lengua que sirve para que los ciudadanos se entiendan entre sí y, si bien es un idioma bello, secular y muy hablado, no es el único que se oye en la tierra, ni siquiera en su lugar de origen, porque en España hay unos cuantos idiomas españoles: el castellano, el gallego, el catalán, el euskera y otros. También el asturiano, claro.

Es bueno que no nos cojan con el pie cambiado y, si alguno de los relatores de la existencia de libros candidatos al premio de la Academia sueca encuentra que en la lengua de nuestros ancestros hay algún escritor con condiciones para ser galardonado, se topen con que la patria chica del premiado no le reconoce la lengua desde los estándares más oficiales. Por eso es absolutamente perentorio que los integrantes de la Junta General del Principado se pongan de acuerdo, hagan caso a muchos ciudadanos de la región y declaren en asturiano como idioma cooficial con el castellano, que es como hablan muchos de nuestros paisanos.

Imaginaros, por un momento que la Academia de Suecia, que concede el Premio Nóbel de Literatura les diga a alguien como Vicente García Oliva o Maxi Areñes. O a otro cualquiera de nuestros escritores en nuestra lengua que su obra es merecedora del Premio Nobel de Literatura. Menudo ridículo para nuestras autoridades que le coge la decisión con el pie cambiado y menuda lección de pragmatismo para los que odian su lengua materna.

Y no seáis tan escépticos y no creáis que esto es imposible. El asturiano se remonta a muchos siglos antes y, por ejemplo, cuando Xuan Bello escribió “Historia Universal de Paniceiros” y se alzó en la lista de los libros más vendidos, muchos asturianos conocieron el valor de su literatura y el resto de no falantes se preguntó por un idioma casi desconocido y por la manera de poder leer el libro en su versión original. No en vano fue Premio Nacional de Literatrura en 2017. Como pa andase con pijaes.