Opinión

Ofendiditos con acidez de estómago

Los asturianos tenemos muchísimas virtudes pero también tenemos muchísimos defectos, entre los que se encuentra saber de todo lo que corresponde a nuestra patria querida y a no soportar a aquellos que vienen de fuera a darnos lecciones de cualquiera cosa. Por eso dicen que somos bastante faltosos, hasta el punto de que el maravilloso vocablo de babayu lo inventamos nosotros. Como pa no.

A ver, rapazos, a ver si dejamos de dar pistas de que asturiano y babayu son sinónimos.

El último ejemplo de asturianos sobraos tiene que ver con el anuncio de un laboratorio farmacéutico que planteó la cautela de los estómagos de los asturianos ante la posibilidad de coger una congestión por ingerir excesivos platos de fabada asturiana, que, como todo el mundo sabe, es un alimento ligero a la altura de la tortilla francesa o del yogur natural, que son platos de poco valor proteínico.

Bueno, pues el hecho de que el citado laboratorio haya llamado la atención sobre el excesivo calor que producen los hidratos de carbono que contiene un plato de fabes y que recomendara a continuación, un protector como Almax para evitar la correspondiente acidez de estómago ha soliviantado los ánimos de los asturianos de pro que se han puesto en modo ofendidito y han reclamado al citado productor medicamental que retire el anuncio porque vaya mierda de paisano que puede sentirse afectado por una buena fabada con su correspondiente compango de chorizo, morcilla y tocino.

Los dueños de Almax ya han amortizado su inversión publicitaria

Y a uno que pensaba que era buen asturiano, a pesar de que después de una suculenta fabada (y mira que me encanta) no le queda más hueco en el estómago para un pitu de caleya, le rechinan las mientes cuando escucha a los más preclaros de nuestros representantes patrios (de la patria chica, claro, no vayamos a despertar viejos fantasmas) sugerir que la fabada no es un plato perjudicial para nuestra digestión, sino todo lo contrario.

A ver, rapazos, a ver si dejamos de dar pistas de que asturiano y babayu son sinónimos. La fabada asturiana es una comida exquisita que hay que digerir con calma y mucha prudencia, sin dejarse llevar por el covadonguismo más cerril y con la inteligencia suficiente para no ingerir de más y andar todo el día con acidez de estómago y, por tanto, ser un aspirante irreflexivo a zamparse unas cuantas pastillas de Almax.

Me da la impresión de que con esta actitud tan esperpéntica, lo único que hacemos es alejar a las nuevas generaciones de la ambrosía de una fabada de rechupete, no vaya a ser que creer que el mejor asturiano es el que más platos ingiere aunque luego no los digiera porque, en asuntos de digestión, hay que ser lo suficientemente listo como para salir del trance de la mejor manera posible. Y si alguien se piensa que con esta defensa numantina de la fabada frente a los nutricionistas más expertos le jodemos el negocio a los dueños de los laboratorios, haremos el mayor de los ridículos. Los dueños de Almax ya han amortizado su inversión publicitaria. Si no es así, de qué cojones vamos a estar hablando y escribiendo ahora de esta vaina. ¿O no?