Opinión

Omisión de socorro

Ando todavía un pelín perplejo por la osadía del Partido Popular de Villaviciosa de acusar al alcalde del municipio, Alejandro Vega, de saltarse la hora de permanencia en un establecimiento de hostelería, cuando todos los datos, incluido el documento de los agentes policiales, que firmaron el atestado, incide en el hecho de que el regidor se encontraba en el local asistiendo a una compañera de partido, creo que también concejala, que había sufrido un esguince de tobillo y esperaban la llegada de la ambulancia.

La derecha del municipio oyó campanas y no sabe dónde tocan.

Esto es, grosso modo, el asunto central de la polémica que ha hecho correr ríos de tinta no solo en Villaviciosa, sino también en los concejos limítrofes y que pone de manifiesto que la derecha del municipio oyó campanas y no sabe dónde tocan.

Alejandro Vega obró como debe hacer cualquier persona que esté junto a un accidentado

Es verdad que el alcalde maliayo podría haberse dado a la fuga y dejado en la estacada a la buena mujer con el tobillo retorcido y a los dueños del establecimiento haciéndole compañía. Teniendo en cuenta, además que en la hostelería solo pueden sentarse a la misma mesa, cuatro personas, la huida del alcalde, que quedaría como un auténtico cobarde, podría ser constitutiva de un delito de omisión de socorro.

En definitiva, Alejandro Vega obró como debe hacer cualquier persona que esté junto a un accidentado, lo que ponen de relieve todos las fuentes consultadas y que muy certeramente contó esta publicación, lo que deja, además, en entredicho, el carácter solidario de los concejales y afiliados del PP de Villaviciosa.

Huir del lugar de los hechos para no incumplir el horario sería una verdadera astracanada y, eso sí, motivo para que se le pidiera su dimisión.​

Sorprende que la derecha del lugar tenga la piel tan fina para controlar el cierre de la hostelería del concejo y no haya dicho nada todavía sobre las vacunas de sus compañeros en Murcia, que han dado origen a una crisis política en la región que no ha dejado nada bien parado al partido de Pablo Casado y algunos de los tránsfugas más conspicuos de esa comunidad autónoma.

Igual sería un acierto cambiar el banquillo del PP para que entren en liza políticos con más fuste y que conozcan a la perfección lo que significa la omisión en el deber de socorro

Es más que probable que Alejandro Vega se haya pasado de la hora en el establecimiento donde había almorzado, pero tiene sus argumentos y sus razones. Huir del lugar de los hechos para no incumplir el horario sería una verdadera astracanada y, eso sí, motivo para que se le pidiera su dimisión.

Habrá que esperar a mejor ocasión para calibrar el sentido del ridículo y del pudor de la derecha maliaya, pero esta garrafal estupidez, perseguirá a los conservadores durante mucho tiempo. Igual sería un acierto cambiar el banquillo del PP para que entren en liza políticos con más fuste y que conozcan a la perfección lo que significa la omisión en el deber de socorro. Sus correligionarios se lo agradecería. Infinito, por supuesto.