Opinión

El pelotazo salió por encima

Un parroquiano habitual en mi chigre favorito cuando se refiere a las personas que disparan con pólvora ajena suelta la frase de que «con el culo de otro también yo soy maricón» y su aportación filosófica tiene gran éxito entre la concurrencia que se muere de la risa y le da la razón por la precisión de su pensamiento, que resume lo que está en la mente de muchos de los que defienden que el dinero público es de todos y no es de nadie en concreto.

Es verdad que la frase es un tanto machista y un tanto homófoba, pero me sirve a las mil maravillas para exponer mi punto de vista sobre la posible modernización del estadio de fútbol de El Molinón con vistas a una hipotética, que ya parece imposible, designación de la ciudad de Gijón para el Campeonato del Mundo de balompié del año 2030, que haría preciso que la instalación, que es propiedad del ayuntamiento y la tiene alquilada al Sporting por un precio irrisorio, tuviera que remodelarse.

Gijón se queda sin sede del Mundial porque el pelotazo que pretendían algunos salió por encima del larguero y no hizo diana

Los requisitos para que Gijón volviera a ser sede del Mundial de Fútbol y El Molinón acogiera algunos partidos eran lo suficientemente ambiguos pero, también, lo suficientemente caros que asustaban tanto a las autoridades gijonesas como a los habitantes de la ciudad, que siempre pusieron por delante de la conquista de la designación que no supusiera un desembolso excesivo a las arcas consistoriales. Y, claro, lo fundamental de esta historia era la financiación.

No soy refractario a que los ciudadanos hagan negocios y que quienes han arriesgado con una inversión económica puedan inyectar dinero para sacar beneficios y para que esa inversión les sea rentable. Pero debe quedar meridianamente claro que la propiedad que se ponga en juego sea de dicho inversor y no se aproveche de una propiedad de todos para hacerse con unos dinerillos extra. Y si no supone blanco sobre negro, cómo va a ser la financiación de dicha inversión, es más que lógico que el personal se vuelva escéptico y ande con más previsiones de la cuenta porque en el fondo el dinero público es dinero de todos nosotros.

También yo coincido con la alcaldesa, perteneciente al partido Foro Asturias, a la que no he votado en mi vida y tengo la impresión de que no lo haré jamás, pero cuando una persona, sea o no de tu equipo, tiene razón, hay que dársela al cien por cien

Es, por tanto, comprensible que la desilusión de muchos asturianos porque El Molinón no albergue partidos de fútbol de selecciones nacionales en una competición de ese relieve haya sido explicitada, pero esa decepción se ve mitigada por los costes económicos que supondrían llevarla a cabo, por lo que estoy convencido de que muchos habitantes de esta comunidad autónoma están totalmente de acuerdo con la decisión de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, de no seguir con los plazos para que se ponga en marcha la mundialidad (perdón por el palabro) de El Molinón.

También yo coincido con la alcaldesa, perteneciente al partido Foro Asturias, a la que no he votado en mi vida y tengo la impresión de que no lo haré jamás, pero cuando una persona, sea o no de tu equipo, tiene razón, hay que dársela al cien por cien y la primera edil tiene suficientes argumentos para frenar la iniciativa que el grupo Orlegui, propietario del equipo de la ciudad, le sugirió hace tiempo.

Moriyón lo explicó bien y, además, ha hecho publicidad en los mupis que recorren la geografía gijonesa para convencer a sus compatriotas de que una opaca financiación para ser sede del Mundial iba a tener más inconvenientes que ventajas e iba a suponer una sangría para las arcas municipales, aunque algunos se pudieran forrar con el asunto. A este respecto no se puede obviar que las exigencias de la FIFA para ser candidato a sede del Mundial son además de leoninas, bastantes chapuceras.

Gijón se queda sin sede del Mundial porque el pelotazo que pretendían algunos salió por encima del larguero y no hizo diana. Algunos se quedan también sin posibilidad de negocio y esperemos que los aficionados del Sporting que están ilusionados con la marcha del equipo, con sus altibajos tradicionales, no se queden sin ver a su conjunto favorito la próxima temporada en Primera División que es también, estoy seguro, el objetivo de la propiedad del club, porque eso le va a significar algunos ingresos más.