Opinión

¿Sí se puede?

Voy a comenzar este artículo con una pequeña broma con el objeto de quitarle hierro a la crisis de Podemos en Asturias, que es una de las disensiones más destructivas y estúpidas del panorama político de nuestra región y que, como siga por ese camino, sin que ninguna de las dos partes dé su brazo a torcer, es más que probable que las urnas le pasarán factura a sus actores y a sus votantes. En esta organización, algunos de los que decidieron asaltar los cielos, no pudieron abrir el paracaídas y se pegaron un batacazo mayúsculo.

Podemos ha heredado lo peor de Izquierda Unida que durante muchos años ostentó el récord de peleas internas, escisiones y quítate tu pa poneme yo

Podemos ha heredado lo peor de Izquierda Unida que durante muchos años ostentó el récord de peleas internas, escisiones y quítate tu pa poneme yo, aunque hay que reconocer que en los últimos años ha podido salvarse de la quema, a lo mejor porque ha entrado en una espiral de razonamiento o porque ante las desavenencias de sus hermanos/adversarios ideológicos, se les ha quedado grande el baúl de las miserias.

Puedo comprender y hasta solidarizarme, el desasosiego de quienes apostaron por una organización para acabar con la casta y se encuentran perdidos porque la candidata que más respaldo ha tenido en las primarias de ese partido ha tenido que encerrarse en una sede para poder avalar su candidatura con todos sus componentes. Y así todo, el pulso entre las dos almas de Podemos ha llegado a tal extremo que no consiguió que el puesto número cuatro fuera ocupado por el inicialmente decidido, por un quítame allá esa sanción que no se sabe si resolverá un órgano interno o una sala del contencioso administrativo. Así están las cosas.

Pero es que, además, la candidata que supuestamente debería presidir la candidatura de Podemos en Langreo porque había obtenido el respaldo de la militancia, fue desautorizada por la parte contratante de la segunda parte y decidió que la candidata se transmutara en candidato, aunque hubiera perdido las elecciones y no dejara que se presentara una nueva lista.

Lo curioso de todo es que la crisis de las candidaturas de Podemos en Asturias no está alejada de la pelea que tiene Podemos consigo mismo tras la aparición del proyecto de Yolanda Díaz y que, por lo que dicen las encuestas va a causarle mucha pupita si no se unen a la ministra gallega

El asunto de la crisis de Podemos viene de lejos. Concretamente desde que Daniel Ripa perdiera una primera batalla por el control de la organización en Asturias frente al equipo que cuenta con el respaldo de la dirección federal. Después, los afines a Ripa se impusieron en las primarias de la autonomía y a partir de ahí el carajal adquirió proporciones dramáticas con declaraciones y algún que otro insulto que un chigrero de postín y carácter no hubiera permitido en su establecimiento.

Me da la sensación que, como sucede en otros partidos donde la confección de las listas electorales ha producido más broncas que sentido de la lealtad, los votantes y simpatizantes de Podemos van a experimentar una importante sangría de votos y la lista de Covadonga Tomé va a sufrir un bajón de cierta consideración, hasta el punto de que el cuarto nombre de la lista por la circunscripción central, que fue el detonante mayor del lío es indiferente de quien haya sido, porque tiene escasas posibilidades de conseguir la nominación. Igual me equivoco, pero no veo yo un aluvión de votos para forzar su escaño.

Lo curioso de todo es que la crisis de las candidaturas de Podemos en Asturias no está alejada de la pelea que tiene Podemos consigo mismo tras la aparición del proyecto de Yolanda Díaz y que, por lo que dicen las encuestas va a causarle mucha pupita si no se unen a la ministra gallega. Con una crisis regional y otra en ciernes, el proyecto de Vista Alegre puede convertirse en irrelevante. Y no digamos nada si termina haciéndose con el santo y la limosna de La Moncloa la coalición ultraderechista PP-Vox. ¿Si se puede? Veremos.