Opinión

El presi: persona non grata

Si hay una cosa que les jode sobremanera a los asturianos es que alguien les cuestione su identidad territorial, su historia cultural y los valores, algunos ciertamente grandones y faltosos, que conforman su carácter. Por eso las intromisiones acerca de lo que deberá ser o no la condición de asturiano chocan con la propia percepción de sus integrantes que se pelean por considerar la sidra como parte indisoluble del alma de Asturias (con desprecio hacia los que la llaman sidriña) o que montan un pollo si se pone en duda que los astures impidieron que el territorio donde habitaban estuviera invadido por sangre musulmana.

Me temo (o barrunto) que la alianza de Gijón entre las derechas, que incluye a Vox, no va a acabar especialmente bien

Con estos conocimientos tan simples, hay que ser extraterrestre o provenir de una bolsa marsupial para proclamar que en los festejos de Gijón no van a tener cabida los grupos o cantantes que utilicen el asturiano, como propagó en un primer momento la concejala del ramo en el ayuntamiento, que es integrante del ultraderechista Vox, Sara Álvarez Rouco, que causó tal incendio que su aliada, la alcaldesa de Foro, Carmen Moriyón, tuvo que salir al quite para decir que de eso nada, monada.

Cuando uno no sabe distinguir lo verdadero de sus ensoñaciones ideológicas, sucede lo que sucede y provoca en el alma de los asturianos una reacción con efecto boomerang

En cierta manera la concejala extremista rectificó y dijo que no actuarían en los festejos gijoneses los que promulgaran la cooficialidad del asturiano, con lo que no solo enderezó su error, sino que no acertó ni siquiera cuando se autocorrigió, lo que da una medida de su talante, porque cómo va a ser el trámite, según V, para contratar a alguien que cante en asturiano. ¿Es usted partidario de la cooficialidad? Si es así no vuelva a subirse a un escenario de mi pueblo. Dos delitos en uno: de odio y de discriminación.

En esa obsesión enfermiza contra el asturiano que supura la ideología de Vox, ya me imagino yo a los dos concejales gijoneses de la ultraderecha exigiendo la declaración de persona non grata a José González ‘El Presi’, aquel famoso intérprete con estatua en el barrio del Carmen, que  quería saber lo que pensaba aquel “xilguerín parleru”. Y quien dice “El Presi” dice El Ché de Cabaños o el mismísimo Carlos Rubiera que fue antecesor de Sara Álvarez Rouco en el negociado de los Festejos.

Cuando uno no sabe distinguir lo verdadero de sus ensoñaciones ideológicas, sucede lo que sucede y provoca en el alma de los asturianos una reacción con efecto boomerang que les deja con el culo al aire y ocasiona que los ciudadanos quieran no solo que se cante en asturiano en romerías y actos de pedigrí, sino que se declare la cooficialidad, contra la que han emprendido una cruzada franquista los concejales de Vox.

Me temo (o barrunto) que la alianza de Gijón entre las derechas, que incluye a Vox, no va a acabar especialmente bien sino que sucederá a lo largo de los cuatro años de mandato que no se dirigirán la palabra ni se aprobarán los segundos presupuestos (los primeros marcarán el camino) y habrá consecuentes prórrogas presupuestarias. Y a Sara Álvarez Rouco le dedicarán aquella canción de Los Berrones que dice “que guapa estabes más allá del túnel del Negrón”. A ver cómo acaba el cuento.