Opinión

Los profesores de la concertada

Por instinto de clase, suelo apoyar casi todas las reclamaciones de mejora de salario de los trabajadores, porque sé lo difícil que resulta llegar a final de mes con un sueldo precario que no te llega para cubrir las necesidades vitales de una familia y porque todo bicho viviente tiene derecho a prosperar y a mejorar sus condiciones laborales en materia económica. Y también me solidarizo con los profesores de la enseñanza concertada que quieren homologarse al resto de los enseñantes, sobre la base de que a trabajo igual, salario igual.

Sería conveniente que la ciudadanía supiera que los profesores de la enseñanza pública para tener una plaza fija de maestro deben cumplir el requisito de aprobar unas oposiciones, que son un gasto en inversión y tiempo y que esa circunstancia pocas veces se tiene en cuenta cuando se habla del calendario, los horarios y las retribuciones de este personal. Y los trabajadores de la enseñanza concertada o privada no tienen que sortear este obstáculo.

Pero sin que nadie se me eche al monte ni me llene de improperios por lo que voy a decir, me gustaría hacer algunas matizaciones sobre las demandas de este colectivo para que determinadas consideraciones acerca de igualar los sueldos no oculten otras desigualdades que hay que también tener en cuenta a la hora de que las reivindicaciones alcancen obviamente la definición de justas.

En primer lugar, sería conveniente que la ciudadanía supiera que los profesores de la enseñanza pública para tener una plaza fija de maestro deben cumplir el requisito de aprobar unas oposiciones, que son un gasto en inversión y tiempo y que esa circunstancia pocas veces se tiene en cuenta cuando se habla del calendario, los horarios y las retribuciones de este personal. Y los trabajadores de la enseñanza concertada o privada no tienen que sortear este obstáculo.

Ciertamente, quienes han ingresado en la nómina de un centro educativo que tiene un concierto con la administración pública son elegidas de manera discrecional por los patronos de la concertada (privada) que lo harán por razones de confianza en su saber y también por expreso deseo de que el adoctrinamiento de los chavales y chavalas que están en esos colegios se lleve a cabo con pulcritud, es decir, a plena satisfacción de los dueños del chiringuito.

No es de extrañar, en cierta manera, que el sindicato mayoritario en el sector de la enseñanza privada y concertada, sea una organización que responde al nombre de OTECAS y que suele gozar de los favores de los empresarios de la educación por lo que podrían cumplir su misión, conformando un acuerdo básico con los dueños de los colegios para que soltaran algo de parné para sus profesores distinguidos.

No soy especialmente proclive a la meritocracia porque conozco por experiencia las trampas de muchos de los que se adscriben a esta forma de selección y son muchas más las desventajas que los beneficios, por no hablar de la desigualdad que parten los que nacen en cuna rica de los que vienen al mundo en cuna más pobre. Es curioso, además, que los que más ahínco ponen en elogiar el mérito y la capacidad como eje del reconocimiento, son los que obvian clarísimamente estos aspectos de los que os hablo.

También resulta un tanto anacrónico que exijáis a la administración pública, en este caso al Gobierno asturiano, que sea el paganini de vuestro incremento salarial y que corra con la cuenta de la homologación y de la mejora de vuestras condiciones retributivas, ya que no es el Ejecutivo quien os ha contratado, sino que han sido los dueños de los colegios los que os han ungido con el santo dedo de la arbitrariedad.

Teniendo en cuenta, además que existe una patronal muy celosa en la defensa de los intereses de su negocio, bueno sería que os dirigierais a dichos empleadores para que pongan el huevo si quieren determinada forma de educar a los hijos de los ricos y a los de los pobres que andan un poco despistados. Sabiendo, otrosí, que Jesusón, el arzobispo de Oviedo, alienta una asociación para impulsar la enseñanza privada y concertada, os aconsejo que planteéis a la Conferencia Episcopal que queréis ganar más dinero. Y, por cierto, que rechazáis tener que dimitir de vuestro puesto por estar divorciado o no acudir a la Santa Misa los domingos y fiestas de guardar.

No es de extrañar, en cierta manera, que el sindicato mayoritario en el sector de la enseñanza privada y concertada, sea una organización que responde al nombre de OTECAS y que suele gozar de los favores de los empresarios de la educación por lo que podrían cumplir su misión, conformando un acuerdo básico con los dueños de los colegios para que soltaran algo de parné para sus profesores distinguidos.

Yo no soy muy proclive a incentivar la enseñanza concertada, pero es un hecho real que existe y que tal y como está el mercado, necesita una regulación. Pero, queridos amigos, sacar tajada ideológica de los colegios y además con los impuestos de ciudadanos de todo pelaje es una pequeña gran contradicción.  Es prioritario que las normas de las que nos dotemos sean sensatas y no discriminatorias. Y dicho esto, si conseguís la homologación, yo me alegraré.