Susana Menéndez, Begoña Cifuentes, Amor Azcano e Ivana Pérez, pertenecientes al Grupo de Montaña de Sariego, fueron las cuatro mujeres encargadas de cargar a San Pedrín desde la Capilla hasta la cueva. Vestidas de asturianas, y acompañadas por la Banda de Gaites Llariegu, recorrieron el camino pasando por un entorno natural único. Es la primera vez que, de manera excepcional, desde la Comisión de Festejos se accede a una petición de este tipo, ya que normalmente, la imagen es cargada por cuatro vecinos de Narzana, bien cuatro hombres o cuatro mujeres, de manera intermitente.
La Presidenta de la asociación montañera, Jocelyne Fernández explica que «aprovechamos que este año era el turno de las mujeres para realizar esta petición, en agradecimiento a las peregrinaciones que hicimos este año a Santiago y a Fisterra». Y aunque al principio se mostraron algo tímidas, «no fue difícil encontrar voluntarias que se ofrecieran a llevar a San Pedrín».
A pesar de que el tiempo no acompañó demasiado, tras la imagen del santo, alrededor de 50 personas siguieron la procesión para asistir a una misa en bable, cantada por el Coro Santiaguín de Langreo.
Una vez llegados llegados a la cueva, de una belleza inigualable que hacía que el vello se erizara, el sacerdote comenzaba el oficio religioso en honor al patrón y a los socios que «durante tanto tiempo acudieron hasta aquí y ahora ya no están entre nosotros». En la homilía, con algún que otro traspiés lingüístico que los fieles supieron perdonar, el cura hizo referencia a «la unión de todos los vecinos de Narzana para luchar, con la verdad por delante, por nuestros derechos, que también son los de todos los asturianos».
Todo el dinero recaudado en la colecta fue destinado a la Comisión de Festejos, que trabaja a lo largo de todo el año «con mucho esfuerzo, para que podamos seguir disfrutando, cada año más y mejor, de esta romería», concluyó el párroco.
Una vez terminada la misa, el Coro Santiaguín de Langreo ofreció un concierto para todos los asistentes.
