Opinión

Turismo inactivo

El otru día fui con rapaces y amigos a hacer una ruta de senderismo de les que recomiendan los medios de comunicación en tiempos de coronavirus, subiendo de Riofabar o un pocu mas allá por la orilla del ríu Infiernu, entre jayes y mofu.

Yo no soy de caminar, pero gústami ver y como además éramos cuatro gatos, pudi disfrutar de los pozos, les cascaes, el verde, el bosque encantáu, que tal parecía que estuviéramos dentro de una película del rey Arturo y los bosques de Brocelandia. Preciosu y tranquilu.

Una suerte que no disfrutan los que vienen de vacaciones con un pack completu y que no se enteran de lo que visitan hasta que no llegan a casa y miran les fotos en el teléfono.

Esti veranu tan atípicu vimos unos cuantos grupinos de mocedad, de esos que van a la Costa Blanca a ponese ciegos de botellón, dormir hasta les tres, tostar en la playa vuelta y vuelta y que vuelven a Madrid cocíos una semana más tarde.

Aquí vinieron a pasar un veranu de salud y deportividad.

Un programa que probablemente se aleje de la realidad porque el bolsillu y el cuerpo no dan pa tantu, pero que pudiera ser.

– Primer día: bajar el Sella.

– Segundu día: Ruta del Cares.

– Tercer día: Santina y Lagos.

– Cuartu día: Quad o Buggies y escalada en los árboles.

– Quintu día: Playa y moto acuática.

– Sextu día: jornada libre pa comprar suvenires y consejo de interesarse por la historia local si no se tien la cabeza muy ampollada.

– Séptimu día: pa casa.

Si la estancia es más larga se pueden añadir rafting, otras rutas de senderismo, barranquismo, acampada salvaje organizada, degustaciones varias, karting, tirar tiros o fleches, descubrimentu de cueves…

Habrá que volver a pensar les coses, y por decir algo, potenciar espectáculos, exposiciones temporales, hablar de cultura, de literatura, de música, de gastronomía, de arquitectura, de historia, de paisaje, de paisanaje

Yo no digo que esté mal ni critico a quien lo organiza, ojo, solamente digo que el programa cansa con leelu y que nadie en semejante circuito distingue Asturias de Cantabria o de León, de zonas de los Pirineos o de los Sistemas Ibéricos o Béticos, que no sé si todavía se llaman así, donde añaden en función de los sitios, rutes de setes, o de vinu, o de raquetes, o de empanaes.

Lo que pasa es que así ni se conoce, ni se aprecia lo que se ve porque contemplar no se contempla nada. Y en cuantu caen cuatro gotes y no se puede realizar ninguna actividad al aire libre, en esos paisajes que da Dios de balde, pues ya no se puede hacer más nada porque ya nadie camina mirando pa los llaos y parándose a mirar. Un desastre, y se lo digo yo que soy muy pocu contemplativa.

Habrá que volver a pensar les coses, y por decir algo, potenciar espectáculos, exposiciones temporales, hablar de cultura, de literatura, de música, de gastronomía, de arquitectura, de historia, de paisaje, de paisanaje. Ah, y sin cobrar, que usen el remanente.

Cuándo los locales saquen a pasear a los perros recojan la mierda, que hay más a la orilla el ríu en Cangues, que en el París de los años 80, y ya hacen falta cagaes pa igualar semejante récord.

Tampocu estaría mal peatonalizar pueblos y villas (salvo pa los que tienen residencia) o llenalos de bicicletes, menos peligroses y más limpies, que ayudan a perder los quilos de la fabada, la sidra y los excelentes quesos.

Ah, y aunque no tenga nada que ver y por si se mi olvida. A quien corresponda, vigilar mejor los vertidos en los espacios naturales (el ríu, ya me entienden) y que cuándo los locales saquen a pasear a los perros recojan la mierda, que hay más a la orilla el ríu en Cangues, que en el París de los años 80, y ya hacen falta cagaes pa igualar semejante récord.