Opinión

La fosa que espera justicia

En realidad, todas las fosas de los asesinados por el franquismo que pululan todavía por las cunetas de Asturias están esperando justicia, pero es la de Rellán, en el municipio de Grado, la que más necesita una inminente resolución judicial que, por ahora duerme en el sueño de los injustos, no se sabe si por inhibición dolosa o por auténtica desidia de los responsables.

Hace algún tiempo, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica comenzó a investigar la fosa de Rellán donde todos los indicios apuntan a que se encuentran los cadáveres de un grupo de republicanos asesinados por los terroristas que ganaron la guerra civil y que impusieron su ley más bárbara.

Se da la circunstancia de que los parientes de los asesinados son mayoritariamente personas de bastante edad que les queda poca vida por delante, por lo que sería absolutamente preciso que el asunto se resuelva cuanto antes porque sería deseable que los familiares de los enterrados puedan gozar de la exhumación de sus deudos antes de morirse.

Al poco tiempo, el responsable del juzgado de instrucción número 1 de Grado dio la orden de paralizar la apertura de la fosa con el pretexto de que tendría que estar presente, al tratar de restos humanos que se remueven, un representante de la judicatura, pero la orden no significó premura de los tribunales para solucionar el problema, sino que este se fue enquistando aún más y las cosas se paralizaron totalmente.

Los responsables de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica instaron al juzgado a una solución rápida y la contestación fue que faltaba el informe del forense que, por lo que se ve, maldita prisa que tiene en hacer su trabajo.

Esta ha sido la razón por la que los memorialistas han remitido una carta al Ministerio de Justicia para que adopte las medidas necesarias para acelerar los trabajos de recuperación de la fosa, toda vez que la paralización va en contra de los deseos de muchos de los familiares de los que, se supone, que están allí enterrados.

Es absolutamente preciso que las autoridades judiciales no miren para otro lado porque hay vidas en juego.

Se da la circunstancia de que los parientes de los asesinados son mayoritariamente personas de bastante edad que les queda poca vida por delante, por lo que sería absolutamente preciso que el asunto se resuelva cuanto antes porque sería deseable que los familiares de los enterrados puedan gozar de la exhumación de sus deudos antes de morirse.

Parece mentira que tantos años después de la cacareada Transición, una gran parte de asturianos todavía vivan en la incertidumbre de no saber si sus familiares criminalmente paseados pueden ser enterrados con dignidad. Es necesario que, de una vez por todas, las autoridades de nuestro país tomen cartas en el asunto de manera inmediata y cumplan la voluntad de gran parte de nuestros ancianos. Y es absolutamente preciso que las autoridades judiciales no miren para otro lado porque hay vidas en juego.