El Nora
La festividad de San Isidro, día grande en Llanera: procesión, misa, música y mantel
15 de mayo, San Isidro. Llanera celebró por todo lo alto el día de su Patrón, una fiesta que ya comenzó el pasado fin de semana con la celebración de una monumental Feria del ganado y se extenderá hasta el finde semana con las actividades que traerá el Mercado tradicional, que se instalará en el parque Cuno Corquera, de Posada.
Entre medias, San Isidro y la tradicional comida de hermandad en honor a los pensionistas y personas jubiladas del concejo. La jornada comenzaba con la Santa Misa que se celebró en la iglesia de San Salvador de Posada, cantada maravillosamente por la Coral Polifónica de Llanera, dirigida por Gorka García, y con una pequeña procesión de la imagen de San Isidro por el templo. La misa, celebrada por el Vicario episcopal de Oviedo-centro y párroco local, José Julio Velasco, fue seguida por un centenar de fieles. En su homilía, el párroco agradeció a los presentes su presencia, en especial, a los políticos presentes: «somos de los que valoramos la política como noble actividad, vinculada a la toma de decisiones que garanticen el bien común de los ciudadanos, independientemente de partidos políticos y de ideologías. Por eso agradecemos, reconocemos y valoramos la valentía de los que habéis dado un paso al frente desde esta perspectiva, la de hacer de la política el noble arte de escuchar para servir».
Tras la celebración de la misa, la siguiente cita se situaba en el Restaurante La Campana, de Pruvia, preparado para acoger a cerca de 900 comensales que celebraron la comida de hermandad con los pensionistas y jubilados del concejo. Previo al almuerzo y demás actividades posteriores, se rindió un sentido homenaje a los dos comensales, hombre y mujer, de mayor edad en la celebración. En este caso fueron Candelaria Josefina Santalla Campos, con 100 años contemplándola desde el pasado mes de febrero y Jesús Hevia Nieto, de 94 años de edad. Tras la comida, sorteo de regalos entre los presentes y baile hasta que el cuerpo aguante