José Villazón, pregonero de las fiestas de Nuestra Señora del Portal

«La Villa es el Kilómetro Cero de la cultura sidrera. Podemos y debemos presumir de ello»

pregon-portal-2022
photo_camera José Villazón durante el pregón del Portal en Villaviciosa.

Fiestas del Portal en Villaviciosa

El farmacéutico José Villazón fue el encargado de pregonar las Fiestas de Nuestra Señora del Poral 2022, de Villaviciosa.

Este es el pregón íntegro.

Me hace mucha ilusión poder declarar mi amor por la Villa en este acto, me cuesta muy poco porque me siento feliz parte de ella. Lo haré a través de algunas experiencias personales y de algunas reflexiones.

Dicen que “La única patria verdadera es la infancia”.

Nací ahí mismo, en el segundo piso encima de la confitería Colón. Éramos once en casa, incluyendo la crucial presencia de mis abuelos maternos, campesinos gallegos. En esta plaza del Güevu jugábamos al balón, comíamos pipes, y apostábamos si pasaríen por la carretera general más coches blancos o más coches rojos, más Seats o más Renaults. De aquellas, la Plaza del Güevu no requería explicación para su nombre: con su fuente o pilón circular en el centro a modo de yema, y las puntillas de la clara que serían los bancos de las esquinas y el murete que lo perimetraba. En ella aprendí a andar en bici con mi güelu como asistente. En cuanto me vi suelto por primera vez aceleré y comencé a dar vueltes al pilón. 1, 2, 3 iba contando y cantando muy ufano. Recuerdo que exactamente en la sexta vuelta me di una galleta que me quitó la euforia de golpe y me enseñó que no conviene cantar victoria antes de tiempo.

pregon-portal-2022-02
El pregonero, Villazón, entre la consejera de Educación, Lydia Espina y el alcalde, Alejandro Vega.

Mis padres, cuya memoria adoro, eran personas muy religiosas. Así que me enrolaron de monaguillo. Recuerdo con cariño aquellos años. El párroco, Don Manuel Peláez, era muy buena persona. Con Don Manuel Arce jugábamos al chinchón en aquella sacristía inmensa con techos altísimos. Confieso, ahora que imagino que el pecado estará prescrito, que también tomamos algún chupito de vino Sansón antes de consagrar. En el vecino claustro en semirruina, hoy de Capistrano, se guardaban los gigantes y cabezudos, que me fascinaban y me fascinan. También nos entreteníamos en cazar esperteyos, que abundaban colgados de las vigas. Por aquellos años abríamos las procesiones de Semana Santa tres monaguillos: mis dos compañeros del alma, Ramiro con la cruz, Toño con un cirial, y yo con el otro. Por ahí aparecemos retratados en los reportajes de los míticos fotógrafos locales de la época, Mínfer y Pipo.

Qué suerte tengo de haber pisado la aldea. Grases sobre todo. Íbamos en bici, a veces dos en una. Pepe tenía una cuadra con seis vaques, un perru ratoneru que se llamaba Tin, y una más grande que se llamaba Mora. Isaura nos ponía balagares de patates frites y vasos de leche recién catada, aún caliente y con pelillos blancos de la ubre. Cortábamos cañaveres a modo de jabalinas para enfrentarnos entre barrios vecinos, nos apuntábamos con ellas y algunas veces nos las lanzábamos. ¿Un poco bárbaro? Era así. Estoy muy orgulloso de que pesqué alguna anguila a tenedor. En mi casa no me lo creen, porque dicen que soy un intelectual, o sea, un inútil.

La Ría, maravilla natural distinta en cada hora. Remando en sus aguas, recuerdo que pensé “Zuckerberg y Elon Musk con todos sus millones no son más felices que yo en este instante”

Ir a páxaros. Hoy creo que ningún niño hace eso, lo siento por ellos. Nosotros teníamos dos espacios increíbles. Uno, el bosque autóctono de Sorribes… precioso paraje. Teníamos localizado un cárabu en un caserón, destripábamos sus egagrópilas y recogíamos las plumas más lucidas. Justo debajo de la cascada abundaban los tritones y las salamandras. Pobres anfibios, qué vulnerables son, cada vez quedan menos. El otro espacio era la Ría. Garzas reales y martines pescadores eran de mis favoritos. También me gustaba el trajín de chavales mayores que iban a la xagorra. Una vez vi un hombre con un sacu chorreando repletu de cámbaros que me impresionó. Para quien quiera acercarse a la Ría desde su ordenador le recomiendo el blog riadelavilla, de Bernardo Busto, es fantástico.

Algún recuerdu de les Fiestes del Portal.. El tiro de Marcelino. Pagaría 100 euros por uno de aquellos carteles que explicaban cuándo el palillo daba derecho a premio; rezaban: ASÍ VALE. ASÍ NO VALE, acompañados del correspondiente dibujo. A la gente le gustaba el pachulí, que a mí me parecía que olía a mil demonios. Y llamaban mucho la atención las multicolores botellitas mini de toda clase de licores perfectamente alineadas. Luego estaban los coches de choque. Qué maravilla de música: Miguel Ríos, Bonnie Tyler, Los Stukas… ¿os acordáis de Junco? Un señor muy antiguo con bigote. ¡Qué manera de interpretar! Decía bastantes disparates, pero qué modo de decirlos. Yo tengo un cd suyo de grandes éxitos en el coche y cuando voy solo lo escucho con fruición.

Colegio e Instituto. Qué importante la formación académica, brindo por nuestros profesores, y qué importante la oportunidad de convivencia y las amistades que surgen. Los del Colegio San Francisco comprábamos caramelos de cubalibre y morenitos en Taconitos. Con un duru ya pescábamos algo. Más tarde llegaron los petazetas… ¡qué pasada los petazetas! En el Instituto pasé algunos de los mejores años de mi vida. Allí desembarcaron chavales de Colunga-Lastres y de Cabranes, y, novedad no menor, las chicas de las que hasta entonces algunos casi no teníamos noticia. Éramos una mezcolanza curiosa, imagino que difícil de gobernar. Los había más interesados en estudiar y los había menos, y el golpe hormonal era evidente. Uno de nuestros líderes naturales, Alberto Amandi Maoxu, superó dificultades diversas y está triunfando junto a su entrañable familia con Los Caserinos, empresa rural repetidamente premiada. Ya entonces tenía un corazón inmenso y la prodigiosa simpatía que le caracteriza. En fin, el caso es que éramos ciegas máquinas de vivir, ignorantes y osados, pero llenos de ilusión. Recuerdo que en COU escribí un soneto que filosofaba desde esa energía juvenil que todo lo vence. 30 años después, hoy, lo voy a compartir con vosotros en primicia mundial, ¡se lo dedico a mis queridos compañeros del Instituto! 

DISPONIBLE COMO ESTOY PARA LA MUERTE

no siento congoja por mi sino.

Ya medirán la caja de pino

el día que se acabe mi suerte.

Gozaré del paisaje en el camino,

pues guarda cada etapa su emoción.

Moriré sin importarme un comino

si de viejo o de un atracón.

Ofreciéndole el pecho al dolor

no habrá cornada tan fuerte

que no sellen tus labios, amor.

Y si la dicha me faltara de tenerte

cantaré igualmente sin temor,

DISPONIBLE COMO ESTOY PARA LA MUERTE.

 Y después de estas experiencias personales subjetivas me gustaría ahora citar algunos puntos fuertes objetivos de Villaviciosa.

Lo primero, los villaviciosinos ilustres que son toda una referencia: Víctor García de la Concha, Presidente de la RAE y del Instituto Cervantes, Manolo Busto campeonísimo mundial de piragüismo, Marcelino futbolista, entrenador y persona de Primera, Jorge Tuya maestro indiscutible de la canción Asturiana, José Ángel Hevia gaiteru de prestigio internacional, Tino Cortina Presidente de la Denominación de Origen de la Sidra, Manuel Tuero Director del Boletín Oficial del Estado…

Llama la atención también la colección de pintores de alto nivel: Monchu el Cura, Guillermo Simón, Pepe Cuadra, Juaco Vigil, Gonzalo Gil, etc.

Más puntos fuertes:

La Ría, maravilla natural distinta en cada hora. Remando en sus aguas, recuerdo que pensé “Zuckerberg y Elon Musk con todos sus millones no son más felices que yo en este instante”. Zuckerberg, el de Facebook, Whatsapp e Instagram, y Elon Musk el del lío de las Bitcoin y Twitter, que vende viajes al espacio, además de gatu por liebre. Yo cuando los veo aparecer echo la mano a la cartera, porque pienso que están en serio peligro mi dinero y mis datos. Perdonad la digresión, que me he apartado del tema. Sí: La Ría, maravilla natural distinta en cada hora.

La cultura sidrera es otro patrimonio valiosísimo. En esto, como en todo lo demás, la Villa no sería nada sin la aldea. Desde les pumaraes, pasando por los llagares, y terminando en les sidreríes: De todo ello entendemos. Qué rica está la sidra y cuánta cultura de trabajo para producirla, y cuánta cultura de ocio al disfrutarla. La Villa es el  Kilómetro Cero de la cultura sidrera. Podemos y debemos presumir de ello.

La colección de templos románicos, hasta 25 en todo el concejo. Y la joya de la Corona, prerrománica en este caso, San Salvador de Valdediós, El Conventín, que es para echarse a llorar de la emoción al contemplarlo. El resto de los templos, en general de modestas proporciones, tienen el encanto de su perfecta inserción en el paisaje y su armonía con las comunidades rurales en las que se integran.

Y los hórreos. Más de 2000 hórreos y paneras en el censo de 1928, qué locura. Aprovecho para rendir sentido homenaje al malogrado Rafa Balbín Loredo, por su completísimo trabajo sobre el tema, editado por la fundación José Cardín. Cito también a Xuan Pedrayes, otro especialista del tema, y además un intelectual  creativo, talentoso, chispeante y provocador; leerle siempre es un placer y un revulsivo. Los hórreos: esas construcciones conceptual, funcional y estéticamente fascinantes. Los hórreos: Inconfundibles, gayasperos. Nuestro concejo da nombre a uno de los tres estilos caracterizados en Asturias: el estilo Villaviciosa. Los asturianos no somos ni nos creemos más que nadie. Me parece un acierto esa posición. Pero tampoco somos ni deberíamos sentirnos menos. Seamos conscientes del valor de nuestro patrimonio, apreciémoslo y ofrezcámoselo al mundo. Así que a los símbolos consolidados de asturianía (Virgen de Covadonga, Picu Urriellu, Enrique Castro Quini, nuestra botella de sidra…) yo propongo sumar el horru, un icono potentísimo  de éxito garantizado.

Y paso ya a la tercera y última parte del pregón.

Va de algo muy valioso: el Capital Social. Hablando en plata: el que los vecinos nos conozcamos, seamos solidarios, nos demos cariño, etc. En un mundo de individualismo feroz, a veces próximo a lo patológico, debemos reivindicar la parte social y comunitaria, que mejora nuestras vidas. La Villa y sus aldees somos ricos en Capital Social.

Contribuyen a ello la constelación de instituciones de nuestro concejo, con más vitalidad que nunca: el Ateneo, La Cofradía de Jesús Nazareno, Cáritas, el Lealtad, el Club Piragües El Gaiteru, El Rodiles Fútbol Sala (qué grandísima labor está haciendo con el fútbol femenino, me quito el sombrero. ¡Vivan el deporte femenino y el deporte amateur! ), los grupos de teatro, la Banda de Gaites,  la biblioteca municipal y su bibliotecario, Asociaciones de Vecinos, comisiones de festejos, etc., etc. Y unos agentes fundamentales para el capital social que a veces olvidamos: los establecimientos comerciales, que, más allá de las transacciones económicas, hacen nuestras calles más humanas, y son una referencia amable para la vida diaria.

Y luego están los auténticos campeones del Capital Social, esos héroes que regalan su tiempo y sus esmeros a la comunidad. Yo cito a algunos de los que se me vienen a la cabeza:

Ana Carmen García Bedriñana, concejal tristemente fallecida el pasado año, siempre dispuesta a ayudar, un ejemplo muy especial de vocación de servicio y de calidad humana. Toda mi admiración para su figura. Extiendo mi reconocimiento a todos los concejales, los actuales y los que ya no están, por ocuparse de los asuntos comunes. Poldo,  vecino queridísimo, sensible a todos, apasionado del deporte, y  colaborando en cuanto se le pidiera. Manolín el ferrador, afable como ninguno, en su caseta del mercáu de ganáu eran bien recibidos mayores y niños. Juan Parrondo, carismático presidente del Grupo LLamaello, poniendo la montaña al alcance de todo el mundo. Manolo Villazón, infatigable con la Escuela de atletismo, la San Silvestre y el Cross de Tazones. Emi de Agustín, siempre empujando la asociación Raitana que hace una labor valiosísima. Vicente Alonso, al frente de la página Villaviciosa Hermosa, que tanto aporta a la comunicación y buena convivencia entre villaviciosinos. Isabel y Marino Obaya, vecinos ejemplares de Les Colomines. Nicolás, entregado a la Cofradía y ahora también al circuito de belenes. Ovidio Vecino, 50 años manteniendo la magia del Nacimientu de la iglesia parroquial. Chus, Josefa y Fernando El chato, casi tan históricos ya como el Lealtad. Etc., etc.

Y Tere la de Helados los Valencianos. Tres generaciones de villaviciosinos saben de su laboriosidad y la de su familia, y miles de niños nos beneficiamos de su paciencia infinita. Aparte de ser querida por todos, tenía otro mérito que a mí me maravillaba: su capacidad de mantener una conversación casi infinita saltando de un cliente a otro, non stop. Si Gabriel García Márquez lo hubiera contemplado habría palidecido de la envidia  ante tal capacidad narrativa. Muchas veces pensé qué bien estaría una estatua de Tere en aquella esquina del Güevu donde instalaba su carrito de los helados verano tras verano.

Voy terminando

Mis tres hijas, Aida, Jimena y Catuxa, y mi mujer, Aida María, me advirtieron severamente que no me extendiera demasiado. Así que voy terminando.

Dos pinceladas de la farmacia. Como el resto de compañeros del concejo, nos dedicamos a atender las necesidades de la población en torno a los medicamentos. Me gusta mi trabajo, y además me conecta con las personas, me permite aprender cada día de todo el mundo. Honestamente, siento que recibo mucho de la gente, me siento muy afortunado y agradecido. María, hermana y cotitular: contigo no me tocó la Lotería… me tocó el Euromillón. Pablo, hermanu: los que no te conocen saben de ti que eras un crack en el fútbol y el fútbol sala… los que te conocemos sabemos que eres un crack en todo lo demás.

¡Concluyo! 

Probablemente la mayoría consideramos la danza lo más significativo de les Fiestes. Y dentro de ella a mí me resultan especialmente emotivos los versos finales:

A los pies de la Santina esti ramu

Dios quiera que reverdezca de añu en añu

Que el ramu sea esti sentimientu de buena vecindad, de comunidad, de acompañarnos los unos a los otros, de apreciar y cuidar lo nuestro, y de mantener la personalidad de la Villa para seguir disfrutándola tal cual la amamos.

Felices fiestes a tolos vecinos, y a todos los que nos visitáis. Pasaylo muy bien.

Muchísimes gracies por vuestra paciencia, y…

¡¡SIDRA PA TODOS!!


Alejandro Vega, alcalde: «Nos reencontramos con el Portal, después de tanto, que nos ha pasado…»

El alcalde maliayés, el socialista Alejandro Vega intervino también en el acto del pregón de las fiestas patronales de Villaviciosa.

Sras, Sres, bienvenidos todos, especialmente a quienes nos visitan durante las fiestas que hoy comienzan.

  • Por tanto favor
  • por dicha tan grande
  • al bendito fruto
  • pedir que nos salve

Cuando resonaba esta estrofa de nuestra Danza-Salve del Portal, el año 2020, en la iglesia parroquial, bajo la pandemia, los que allí estábamos, y quienes pudieron seguirlo a través de la emisión en internet, creo que pensamos lo mismo, en medio de la emoción de aquel día, que pasará a la historia. Pedíamos, con más fuerza que nunca, a nuestra Patrona.  Suele decirse que los momentos difíciles, encierran el gran propósito del reencuentro con la esencia de la vida. Creo que mucho de eso, nos ha pasado en este tiempo,  de dos años, largos y difíciles

 “Solo nos separamos para reencontrarnos”, dejó escrito el poeta y dramaturgo inglés, John Gay. Y que podamos compartir de nuevo este momento de inicio formal de les fiestes del Portal, interrumpido desde su última edición de 2019, en su normalidad, ya es motivo de alegría.

Nos reencontramos con el Portal, después de tanto, que nos ha pasado…Por eso quiero agradecer especialmente este año, el esfuerzo a todos los colaboradores de las fiestas; de todas aquellas personas, comercios, empresas y asociaciones que de un modo u otro ayudan para mantener viva la tradición de nuestras fiestas patronales; y al personal del Ayuntamiento y de los distintos servicios municipales, desde policía a obras, pasando por Protección civil que trabajan en la organización para hacer posible una nueva edición del Portal.

De forma especial también, debo agradecer la implicación de la Hermandad de Nta. Sra. del Portal de Belén y al grupo de la Danza del Portal, en su papel fundamental como representación de la que es la esencia de nuestras fiestas: la devoción a La Portalina y la Danza. Esto ha quedado de manifiesto en estos dos años tan difíciles, en los que, sin su compromiso, no habría sido posible mantener encendida la llama de esta tradición tan arraigada, con las celebraciones que pudieron realizarse bajo la pandemia, cargadas de dignidad y emotividad.  

Este compromiso ha dado un nuevo fruto, que es la Asociación cultural de La Portalina y Danza del Portal, que nacida en estos tiempos de zozobra, ya está contribuyendo a la mejora y preservación de nuestra tradición. Se ha emprendido así, una buena dirección que debe ayudar a que podamos afrontar juntos, nuevos retos y objetivos, como son la restauración de la capilla e imagen de Nta. Sra. del Portal, y el planteamiento que queremos poner en marcha para que el Portal y la Danza puedan acceder al reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico y a la declaración como Patrimonio Cultural para nuestra Danza, al igual que ya han logrado este reconocimiento otras danzas.

En este tiempo, nos han dejado muchos seres queridos. Vaya para todos ellos nuestro recuerdo. Y de un modo especial, queremos recordar a varias personas que destacaron por su implicación cultural y social, y con nuestras fiestas patronales: Etelvino González y Humberto Alonso, hijos predilecto y adoptivo de Villaviciosa; y Ana Carmen Fernández Fresno, concejal durante varios mandatos.

Y la Danza también ha perdido a personas muy queridas, vaya para todas ellas nuestro recuerdo, y de un modo especial para dos personas muy unidas  a la Danza, que nos dejaron en estos dos años.  Nos dejó primero,  Alfredo Balbín García, y en estos días, Faustino Sanz Busto, el más veterano de la Danza

Para todos ellos, de nuevo, expresamos agradecimiento y un afectuoso recuerdo. 

La organización de unas fiestas, siempre es tarea compleja y muchas veces ingrata. Lo saben bien, las muchas comisiones de festejos que tenemos en varias parroquias de nuestro concejo, y más después de lo pasado estos años.  Pero como decíamos en la última edición de 2019, recordando la reflexión de Jovellanos en la octava carta a Ponz, necesitamos las fiestas.

Y las necesitamos, especialmente en estos tiempos, de nuevo difíciles, cuando tenemos una guerra otra vez en Europa, que está asolando la población de Ucrania; y con una grave crisis económica desatada, de muy incierta evolución.

Sin duda,  necesitamos un respiro para poder seguir adelante.  Y creo que el ejemplo de la solidaridad despertada para combatir la pandemia, para ayudar al pueblo de Ucrania,  y ahora, para afrontar los efectos de la crisis, ayudando a quienes más lo necesiten, debería ser nuestra guía para afrontar este nuevo tiempo que se anuncia difícil.  

Escuchado a nuestro pregonero, su relato de recuerdos tan entrañables, y ante lo que nos está tocando vivir, podríamos afirmar lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sin duda, eso sucede cuando evocamos nuestra infancia o juventud.  Gracias José Villazón, por haber aceptado el reto de ser pregonero. No sólo por ser el vecino de enfrente de este Ayuntamiento y además farmacéutico, tienes un observatorio privilegiado de lo que es la realidad cotidiana de nuestra comunidad y de nuestra sociedad. Te animo a continuar con esa preocupación por el bien común. Gracias por “esi ramu de sentimientu de buena vecindad y de comunidad”, que nos acabas de brindar, y hagamos votos pa que “reverdezca de añu en añu”  

Y ahora disfrutemos de nuevo, de nuestres fiestes del Portal;  vayamos al reencuentro, vecinos y visitantes, en unión y fraternidad.

¡Vivan les fiestes del Portal y viva Villaviciosa¡