Cangas de Onís lleva el Mercado a FITUR

Cangas de Onís, abierto en domingo

El Mercado Dominical de Cangas de Onís estará en FITUR 2020

Cangas de Onís lleva a FITUR 2020 el mercado dominical

Mercados hay muchos, pero como el mercado dominical de Cangas de Onís, ninguno. La variedad y calidad de sus víveres lo han convertido, desde hace ya décadas, en la mejor despensa para los amantes del buen comer. Hasta el punto de que no es raro ver a chefs, incluso con estrella Michelin como José Antonio Campo Viejo, del Corral del Indianu (Parres), pasear por los soportales del Palaciu Pintu y sus aledaños en busca del mejor género.

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No es el único: el cocinero José Andrés, afincado desde hace años en Washington D.C. y  considerado como  una de las cien personas más influyentes del mundo por la revista "Time", también se ha dejado caer en alguna ocasión por el mercado de Cangas de Onís para aprovisionarse, entre otras cosas, de quesos.

El mercado dominical de Cangas de Onís abre antes de las nueve de la mañana y los puestos pueden visitarse hasta las 3 de la tarde

Y es que si por algo es famoso el mercado cangués es por la cantidad de productos derivados de la leche que allí se despachan cada domingo. De entre todos ellos destacan las dos tipos de queso Gamonéu: del valle y del puerto. Las piezas de esta última están consideradas como "el oro blanco de los Picos de Europa" ya que llegan a cotizar por encima de los cuarenta euros el kilo. Un precio que está más que justificado por lo limitada y dificultosa que es su elaboración: lo fabrican apenas cuatro pastores en las montañas altas de Cangas de Onís y Onís, solo en los meses de verano, mezclando leche de cabras, vacas y ovejas que se alimentan exclusivamente con pastos naturales. Su maduración se realiza lentamente en cuevas naturales.

El Gamonéu no es el único queso "estrella" del mercado. Es difícil que quienes acuden a la capital canguesa en domingo la abandonen sin dar cuenta también de otras variedades como el Cabrales  ­-que al igual que el Gamonéu cuenta con Denominación de Origen Protegida (DOP)-  o los Beyos, que se produce bajo el sello de calidad IGP.  Pero la oferta abarca más allá de la comarca de los Picos de Europa. Así, en los puestos ambulantes es frecuente encontrar más quesos asturianos como el Casín, Pría, Vidiago, Porrúa o el Afuega'l pitu, entre otros.

Y como no solo de quesos vive el hombre, en el mercado dominical de Cangas de Onís también es posible encontrar un amplio catálogo de productos recién salidos del campo asturiano: fabes de la Granja y verdines, tomates, cebollas, lechugas, ajos, nueces, castañas, calabacines o frutas de temporada... y así hasta conformar un catálogo gastronómico casi infinito en el que no faltan miel, panes, embutidos o dulces caseros.

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Además, fuera de los soportales del Palaciu Pintu hay stands con productos no comestibles como textiles, herramientas de ferretería, decoración, cestería y otros complementos.

Los encargados de surtir el mercado de la capital canguesa no son otros que los  agricultores y ganaderos de la zona. A  primera hora del domingo descargan sus excedentes de temporada junto a la plaza de la iglesia parroquial de Santa María. Atraídos por el olor, no tardan en acercarse hasta allí los curiosos para hacer unas compras o simplemente mirar la oferta y dar un paseo, lo que genera un gran ambiente y un continuo "trajín" de gente en la ciudad.

La gracia del mercado de Cangas de Onís está precisamente en que ofrece, sin mediación de intermediarios,  artículos frescos y únicos, que generalmente no se pueden encontrar en las estanterías de las grandes hipermercados. Casi siempre las transacciones se alargan hasta bien pasadas las dos de la tarde, llueva, nieve o haga sol.

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La fama del  mercado cangués no es nueva. Se la ganaron a pulso hace ya muchos años los aldeanos que desde tiempos inmemorables acuden a la cita del domingo con lo mejor de sus huertas. Así lo prueban escritos como los firmados por el ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos quien, de camino a Covadonga, dejó constancia en sus "Diarios" de la gran concurrencia y tráfico de géneros que generaba el evento hace más de dos siglos. Poco ha cambiado desde entonces: el mercado sigue siendo parada obligatoria para quienes transitan rumbo al Santuario  o a los Lagos de Covadonga.

El núcleo central del mercado de los domingos está en los soportales del Palacio Pintu, pero los puestos ocupan también La Plaza, la calle del Mercado y la plazoleta de la iglesia parroquial.

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