NOREÑA

La dirección del Matadero Central de Noreña culpa del cierre al bloqueo sindical

La dirección del Matadero Central de Noreña asegura que el bloqueo sindical impidió llegar a un acuerdo para mantener la actividad.


La dirección de la empresa subrayó que desde el primer momento expresó una voluntad permanente de llegar a un acuerdo y evitar el cierre de las instalaciones

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La dirección del Matadero Central Junquera Bobes de Noreña, después de seis meses y ahora que está aprobada la liquidación de la empresa, ha decidido emitir un comunicado. La dirección achaca el cierre del macelo noreñense al bloqueo sindical, que impidió llegar a un acuerdo tras cuarenta años de actividad.

«El matadero Junquera Bobes S.A. se ve abocado al cierre al resultar imposible llegar a un acuerdo con la representación sindical en lo que respecta al ajuste de la plantilla. La negativa de los representantes del comité del matadero, asesorados por la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) a pactar un ajuste de 36 empleos (en una de las últimas reuniones se llegó a 31) conlleva el fin de la empresa tras cuatro décadas de actividad», señalan.

Aseguran también que la parte social rechazó rebajar del 35% al 15% las percepciones económicas que se pagan por encima de lo estipulado en el convenio del sector.

Desde la dirección señalan que Junquera Bobes había conseguido renegociar su situación económica con las entidades financieras además de suscitar el interés de un inversor privado. La condición impuesta por estos interlocutores fue la garantía de paz social en la empresa, así como la firma de un plan de viabilidad y de ajuste de plantilla consensuado por ambas partes.

La dirección de la empresa subrayó que desde el primer momento expresó una voluntad permanente de llegar a un acuerdo y evitar el cierre de las instalaciones, así como su disposición a mantener abiertos todos los canales de diálogo pese a la permanente negativa de la asamblea de trabajadores de llegar a un acuerdo que encajase dentro del plan de viabilidad, pasando incluso por alto las pintadas, amenazas e insultos personales proferidos contra miembros de la dirección de Junquera Bobes.

«Quienes han obligado a llegar a este dramático desenlace deberán explicar qué razones han movido una estrategia tan torpe como lesiva para los intereses de muchas familias», puntualizan.