El empresario jamonero José Gómez, de Jamones Joselito, Porcófilo en Noreña
Desde el viernes, el empresario salmantino José Gómez, de la famosa empresa de jamones Joselito, ya forma parte de la familia Porcófila de Noreña.
El restaurante La Ferrada de la villa Condal acogió la entrega de los Premios Porcófilos que este año recayeron en el salmantino y en el escritor Alfonso Ussía, que finalmente no pudo asistir el acto.
Mariano González Jr, propietario del restaurante y miembro del jurado, fue el encargado de entregar este premio que «viene a reconocer el trabajo de seis generaciones», agradeció José Gómez, un galardón que llega el mismo año en el que la compañía, que exporta a 60 países, cumple siglo y medio de vida.
El salmantino confesó ser un enamorado del cerdo y defendió la necesidad de hacer «al mundo en un poco más porcófilo». El viernes renovó en Noreña sus votos con este animal, para el que reclama el lugar que se merece. «El cerdo no entiende de matices, al cerdo se le ama o se le discrimina» aseguró.
El empresario aprovechó para abogar por «el producto de máxima calidad de elaboración cien por cien natural», y apostilló que «el único homenaje que podemos hacer al cerdo es este: entenderlo como es, cuidarlo como debe ser, y quererlo como queremos que sea, subirlo al altar de los fogones y bajarlo del carro de los incomprendidos».
Miguel Ángel Fuente durante la entrega del premio a José Gómez.
El crítico gastronómico José Manuel Vilabella fue el encargado de glosar la figura del empresario salamatino. Destacó de él el amor que profesa a su trabajo, en «una empresa singular y modélica, que un siglo después de su fundación continua perteneciendo a la misma familia». Y fue un poco más allá, «si José Gómez fuese un deportista, sería Campeón Mundial de los fabricantes de jamón», sentenció.
Por su parte, el Cronista Oficial de Noreña y miembro del jurado, Miguel Ángel Fuente dejó constancia de la importancia del gochu en la villa, donde se ha convertido en el animal «más representativo» del concejo «donde, no hace muchos años, se llegaron a sacrificar 25.000 mensualmente», algo que contrasta con la situación actual, «estamos en la cota cero y a quien pretende volver a recuperar ese trabajo le salen puntillazos de personajes, alguno de ellos roza el esperpento». Por ello, alzó la voz y se atrevió a pedir «a quien corresponde que, por favor, arrime el hombro en la dirección favorable».
Los premios se entregaron en el transcurso de una comida Porcófila.