BORJA MÁRQUEZ

Pregones entre los Asturcones

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Pregonero del Asturcón

 

Un asunto de médicos y hospitales no me permitió ir a la cita con los Asturcones de este año. En mis tiempos mozos subía en moto, tractor, Land-Rover o lo que fuera. Menos caminando, que nunca fue una de mis aficiones. Y mucho menos entre el polvo o barro, según le diera a Chronos dios de los tiempos.

Estos de la Asociación de los Criadores de los Asturcones del Sueve, que preside Manolo Roza junto con Javier Escobio y Víctor Villar Pis , que actúan de secretarios, jefes de prensa, buscadores de perres, vendedores de rifas y  lo que sea, son chicos para todo y me  prometieron que la plaquina que me iban a dar el día de la fiesta me la entregarían en otra fecha. La verdad es que un día llamé a Pis y le espeté: oye, una cosa: aquella plaquina que teníamos a medias ¿ondi ta? El buen hombre, con el humor que le caracteriza, me explicó que Escobio andaba por tierras mediterráneas y que en cuestión de poco me entregarían una placa que, sabía, me iba a prestar. Pues el martes pasado vino Escobio a recogerme junto al Restaurante La Reboira, justo en el “magnífico” cruce para ir a Valle en Piloña. El que diseñó tal obra de ingeniería es de esos que dejan su impronta en el lugar. Un artista, bien pagado pa lo malo que fue. Dejar salir un cruce en medio de una curva y que te impide girar a la izquierda, vamos, una calamidad de cruce. Menos mal que en Valle habrá 30 coches y conocen el peligroso cruce.

Me pierdo y vuelvo a Valle, tierra de los Medina, que son muchos hermanos. Al que más conozco fue al político de Alianza Popular y luego Partido Popular, Gabriel. Tuvimos grandes diferencias y ahora me esquiva para no saludarme. No le fue mal con la política y las comisiones, muy bien pagadas por la extinta Caja de Ahorros, donde los Ayuntamientos tenían vocales y a Medina tocábale por Parres. Este Escobio, que es un hombre de la Banca de verdad, la de antes, la de los cheques y el apretón de manos, conoce su municipio como la palma de la mano y decidió que Valle fuera el lugar de la entrega de la placa de marras. ¡¡¡Un gran acierto!!! De paso yo les metí un “golín por la escuadra” y conseguí, de no palmar, echar el pregón de 2020, que ya tenía gana uno y máximo siendo fiesta de interés turístico nacional. A la comida y entrega del galardón se sumó el matemático alcalde de Piloña, Iván Allende, un rapaz llistu como el hambre, servicial y buena xente. No en vano en las últimas elecciones el pueblo le dio más poder con otro par de concejales, los mismos que tiene un PP en busca del voto perdido, que cada son más camino de VOX. Nunca había estado en el Rosales, un barín del pueblo (un lujo en total extinción) donde comí unes cebollas rellenes que estaban delicioses y un pote de berces espectacular, de la que veía la gran casa que se hizo otro Medina, jefe de Obras de Piloña y un gran, pero grandísimo rapaz, al que le estoy sumamente agradecido desde hace décadas, cuando con Cabañín y otros asfaltaron la subida de la finca de Huexes donde instalamos la primera rotativa y que a día de hoy sigue asfaltada, como si nada. Eran los tiempos de Pepe el del Benidorm, de concejal de Obras y el gran alcalde Priede. Unos fenómenos.
Bueno, pues ya lo sabe amadísimo parroquiano. Allá por el mes de agosto del año próximo si quieren escuchar una arenguina, pues p’arriba. El día va a ser espectacular porque desde hoy lo tengo contratado con un amigo que manda más en el tiempo que el dios Chronos.   

EL FARO

Fuleros

Ahora van los de Gobiernín y nos dicen que suben 100 millones para sueldos de funcionarios y otros. No tienen vergüenza, se ponen sueldos de altos ejecutivos en “su empresa”, que debería ser nuestra. Y de paso a personal afín enchufado. Son unos fuleros y el jefe, Adrián Barbón, quier danos a entender que no es así. Allá él.

Borja Márquez. Exdirector