Los nonagenarios Consuelo Canto y Manuel de la Llana, Paisanos del Año de Piloña

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photo_camera Manolo de la Llana y Consuelo Pérez son los Paisanos del Año de Piloña.

El viernes, durante el acto del pregón del 51º. Festival de la Avellana, en Infiesto, se rendirá homenaje a los Paisanos del Año, de Piloña, un reconocimiento que este año recae en Consuelo Canto Pérez, vecina de l’Oteru, en Lozana; y Manuel de la Llana, vecino de Anayo, aunque ahora vive junto a esposa Merce, con su hija en Villaviciosa.

Consuelo, que celebró su 93 cumpleaños el pasado 4 de septiembre, vive sola en su casa de l’Oteru, «pero me paso el día aquí al lau, en casa de mi sobrina Pili», apunta la piloñesa, que sigue yendo a menudo a la huerta, «aunque les rodilles me matan». Consuelo se casó a los 23 años con su vecino, Marino Pérez, en el Santuario de la Cueva y «celebramos el banquete en la Gran Vía», del que enviudó hace años y con el que tuvo un único hijo, Amalio, con el que vivía hasta el desgraciado accidente laboral que le segó la vida hace ahora dos años. «Es lo más duro que te puede pasar, aún no lo asimilo porque allá donde miro, en casa, hay un recuerdo...», asegura emocionada Consuelo, que a pesar de todo esboza alguna sonrisa durante la conversación con EL FIELATO, «estoy saliendo arriba, pero no te niego que tengo poca ilusión», reconoce esta piloñesa, más que merecedora del homenaje y que ha sabido encarar la vida a pesar de los muchos sinsabores sufridos.

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Manolo de la Llana y su esposa Merce Cortina.

Manuel de la Llana nació en la parroquia de Borines en 1930 y cuando se casó con Merce se estableció en Anayo. Allí regentaron uno de los cinco chigres que llegaron a convivir en el pueblo (eran otros tiempos), «nunca le pusimos nombre, lu conocían como el de Merce y Manolito, de junto a la iglesia», apunta, para matizar que «yo la verdad que detrás de la barra paraba pocu, era Merce la que lu atendía», porque Manolo fue cobrador en los autobuses Costa Verde y después chófer de uno de los camiones que recogía la leche para la Rilsa de entonces (hoy Nestlé de Sevares), aunque también se hartó de dimir les castañes y de segar a guadaña.