El pleno del Ayuntamiento de Amieva ha vivido hoy momentos de tensión entre el alcalde, Carlos Salazar, y vecinos del concejo por el uso de las instalaciones del Ateneo de Sames. Un conflicto que comenzó con motivo de las obras que se van a realizar en el edificio, que impiden el desarrollo de actividades de vida activa de la Asociación de Mayores de Amieva, y que ha desatado el cruce de acusaciones.
La cronología de los hechos que han desembocado en la bronca de hoy se remonta a hace unos días cuando Pilar Alonso, presidenta del colectivo de mayores, conoció la intención del ayuntamiento de realizar las obras en el espacio que la asociación suele utilizar. Las conversaciones con el alcalde buscaron, fundamentalmente, encontrar otra ubicación dentro del concejo que reuniera las condiciones para poder continuar con las actividades que ya estaban programadas y de las que, según Alonso, el consistorio ya estaba informado. «Entre las opciones que nos propusieron estaba usar el polideportivo», asegura Alonso, «pero no es adecuado porque tenemos que andar por un camino, llueve más dentro que fuera y en invierno hace mucho frío». Tras rechazar esta propuesta y siempre según Alonso, se valoró trasladar las actividades a la planta baja de la Casa de Cultura de la Vega de Pervís donde también se van a realizar mejoras de menor calado y que no interceden en las clases del colectivo.
Le propuse empezar con las actividades en el Ateneo y, al comenzar las obras, instalarnos en otro sitio. Y él nos dijo que, terminadas las mejoras, no se iba a poder disponer del Ateneo como hasta ahora.
Esta afirmación, que para Alonso presenta la duda de «¿qué es lo que va a pasar después de las obras, qué es lo que podemos y lo que no podemos hacer a partir de ahora en el Ateneo?», es lo que ha calentado los ánimos de los vecinos especialmente de Sames que hasta ahora, previo aviso al ayuntamiento, han utilizado la instalación para todo tipo de eventos entre los que se cuentan la celebración de la noche de Reyes, comidas vecinales o charlas organizadas por los propios vecinos.
Además y como parte de su enfado, una de las vecinas recuerda que el Ateneo de Sames era «del pueblo, se construyó con la donación de vecino de aquí que hizo las Américas, y únicamente se puso a nombre del ayuntamiento porque el "pueblo de Sames" no podía figurar como titular». Una afirmación a la que se suma la declaración de que «el mantenimiento corre íntegramente a cargo de todos los que lo usamos; somos nosotros quienes preparamos o limpiamos después de cada actividad, no lo ha hecho nunca el ayuntamiento salvo para las elecciones».
«Esto se ha politizado», la postura del alcalde de Amieva
Y si el malestar se ha instalado en las calles de Sames no lo ha hecho menos en el ayuntamiento. O, mejor dicho, en su máximo representante. Para Carlos Salazar, que como asegura es «más vecino que político», lo sucedido en el pleno de hoy responde a una cuestión política. «Entre los asistentes al pleno, había gente del PSOE que han criticado las obras y son los mismos que criticaron la gestión de estos años, que el Ateneo era una pena y una vergüenza, que Angel García siempre había mirado por él y que desde el ayuntamiento se le estaba dando un trato indebido. Yo vine aquí a trabajar, a mirar por los vecinos y a dejar los temas de partido fuera del ayuntamiento».
En política, nunca tuve una igual. Los concejales del PSOE me pidieron disculpas, y uno llegó a decirme "lo siento Carlos, esto no va conmigo"
Según declara Salazar, el ayuntamiento ofreció a la Asociación de Mayores de Amieva la posibilidad no solo de realizar las actividades en la planta baja de la Casa de Cultura de la Vega de Pervís sino, también, de hacerlo en las escuelas del concejo y en otras instalaciones además del polideportivo «y tampoco les sirvió». Un cruce de desacuerdos que, además, tiene como telón de fondo el uso que una vez concluidas las obras, financiadas con una subvención del Leader, se le va a poder dar al Ateneo. «Cualquier cosa que se vaya a hacer, debe estar en conocimiento del ayuntamiento», aseguraba, «después de una inversión como la que se va a hacer, tiene que haber un control del uso».
El ayuntamiento no tiene que avisar de las obras pero la asociación sí tiene que preguntar o los vecinos pedir, posteriormente, permiso para hacer según qué cosas.
Y mientras comienzan las obras, que son de carácter inminente aunque todavía no se han adjudicado, la polémica está servida. Y el disgusto, en todas las partes, también.
