Aunque haya hecho correr ríos de tinta, Asturias estará conectada con la alta velocidad ferroviaria a partir del 30 de noviembre de este año. Un anuncio que ha hecho la mismísima ministra de Transportes, Raquel Sánchez, durante la inauguración del tercer carril de la autopista "Y" y que viene a sanar una deuda que se ha hecho esperar demasiado tiempo.
El punto de partida de la puesta en marcha de la variante de Pajares será el acto inaugural del 29 de noviembre, al que acudirán los Reyes de España. Solo un día más tarde, el tendido se abrirá al transporte comercial. Un «gran hito para la historia de Asturias» como ha declarado Adrián Barbón, presidente del Principado, «no solo por la inversión, que supera los 4.000 millones, sino porque desde la sensación de aislamiento que siempre tenemos, supone un salto fundamental».
Afrontamos una década de transformaciones fundamentales en lo económico, lo social y lo político
Y es que, más allá de ser el principal reclamo de la sociedad asturiana, el AVE es por fin una realidad que ha costado la friolera de 19 años desde que se colocara la primera piedra allá por 2004. Anuncios fallidos, errores, problemas con la ejecución... y una larga lista de contratiempos han dilatado en el tiempo la infraestructura que, según la ministra de Transporte, supondrá «un giro copernicano en el transporte ferroviario, con más frecuencias de todos los servicios, más plazas y más de una hora menos de viaje desde Oviedo o Gijón a Madrid».
A pesar de la alegría, hay que reconocer que no es plena. Los tremens Avril no se incorporarán en la apertura de la línea férrea sino que se harán esperar según la ministra «unos meses» ni tampoco se conocen los horarios.
