OPINIÓN

Mensaje de felicitación

Se le escapó a un alto cargo del PP valenciano: si perdían las elecciones, su partido se quedaría sin 8.000 puestos de trabajo

Este martes he declarado en un acto de conciliación previo a una querella con la que la ex-consejera de Bienestar Social, Esther Díaz, me ha amenazado. No han pasado ni 10 días desde mi elección como Secretario General de Podemos. Antes se hacían llamadas de felicitación. Ahora envían citaciones judiciales. Díaz, íntima de Villa, poseía el 19,8% de la empresa de su marido, Davelco, que era subcontratada por empresas adjudicatarias de obras públicas tan cuestionables como la ampliación de El Musel. No parece muy ético y terminó causando su dimisión. Mientras, su Consejería tardaba entre 8 y 20 meses en abonar el salario social, aunque la ley marcaba un máximo de tres. Haber expresado mi indignación hizo entender a la sra. Díaz que la injuriaba. Pero, ¿por qué la ciudadanía tenemos que responder por algo que debería de hacer el gobierno del PSOE?


Hace ya años que han perdido la batalla de la opinión pública. Entren en un bar y pregunten a cualquiera sobre el partido que gobierna en España: el partido de los recortes, donde militan altos cargos del PSOE y del PP. También sucumben en la batalla judicial y hay jueces valientes como Ruz, Castro, Bérmudez o Silva que investigan presuntas tramas corruptas del PP y del PSOE. Por cierto, ¿sabían que desapareció del juzgado el archivo de la denuncia contra el PP por el borrado de los discos duros sobre Bárcenas? Nada nuevo. El otro día un policía me pidió S.O.S. porque estaba hasta el gorro de que sus superiores les paralizaran investigaciones. Pero, ¿por qué nos tienen tanto miedo? Se le escapó a un alto cargo del PP valenciano: si perdían las elecciones, su partido se quedaría sin 8.000 puestos de trabajo. Y por eso prefieren intentar silenciar a la ciudadanía que acelerar el pago del salario social o acabar con la lista de espera para residencias geriátricas. Es normal: ellos pueden volver a sus chalet fortalezas, aunque el resto necesitamos que se vayan para comenzar a salir de la crisis.