Nestlé España apuesta por la sostenibilidad con una inversión de más de 56 millones

Esta inversión, realizada en los últimos 5 años, ha hecho de sus instalaciones unas más respetuosas
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photo_camera La fábrica de La Penilla de Cayón, en Cantabria, que ya cuenta con una caldera de biomasa.

Nestlé España ha destinado más de 56 millones de euros en los últimos cinco años para diversos proyectos de sostenibilidad medioambiental en sus fábricas españolas. Desde la implementación de equipamientos punteros a tecnología de última generación, los más de 70 proyectos a los que se ha destinado esta inversión buscaban reducir la huella de la actividad de sus centros de producción, reducir sus emisiones o fomentar la economía circular. Unos objetivos que forman parte del compromiso de Nestlé de alcanzar en 2050 cero emisiones netas.

Para Jordi Aycart, responsable de Sostenibilidad de Nestlé España, esta compañía «es consciente de que no basta con reducir el impacto de nuestra actividad. Hemos de contribuir en positivo a una nueva manera de alimentarnos que sea saludable para las personas y para el planeta». Una razón de peso para que «nuestras fábricas constribuyan a ese círculo virtuoso en el que los materiales resultantes, los subproductos o la energía sobrante, se puedan volver a utilizar de nuevo en los procesos».

Queremos ser parte de la solución

Este esfuerzo inversor, mantenido incluso durante el complicado escenario económico que procuró la pandemia, se ha materializado en proyectos tan significativos como la caldera de biomasa instalada en el centro de producción de Girona que convierte posos del café en energía. Así y dándole una nueva al subproducto que fabrica este centro, elaborador del café soluble y las cápsulas monodosis de Nestlé, la compañía ha conseguido reducir en un 25% al año su consumo de gas natural. 

También en Girona, en Viladrau en concreto, Nestlé España utiliza un novedosos sistema de refrigeración para su planta embotelladora. A través de un circuito de enfriamiento, la planta se vale de las bajas temperaturas y la humedad de su entorno como refrigerante natural. Algo que le ha permitido reducir en un 15% el consumo energético. 

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La caldera de biomasa de la fábrica de Girona, que transforma posos de café en energía.

Relacionado también con consumo energético, la planta que Nestlé España tiene en Cantabria es otro ejemplo de la apuesta firme de la compañía por minimizar su impacto. En el caso de este centro, la energía residual procedente de la planta de producción de fría se utiliza para calentar el agua que se necesita tanto en procesos productivos como en la climatización de la propia fábrica.

Acuerdos de sostenibilidad con proveedores, otro de los pilares del programa de Nestlé España

Al margen de sus propios proyectos, Nestlé España también ha puesto en marcha otros proyectos que conducen a la descarbonización esta vez a través de su red de proveedores. Así los centros de producción de Reud en Tarragona o de Miajadas en Cáceres cuentan ya con parques solares fotovoltaicos para autoconsumo. 

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El parque fotovoltaico de autoconsumo instalado en Reus.

Destaca entre su lista de proyectos con proveedores la caldera de biomasa instalada en la fábrica de La Penilla de Cayón, en Cantabria. Un centro de producción en el que la cascarilla de cacao resultante de la torrefacción de esta materia prima se usa como biocombustible en una caldera de biomasa con la que se logra cumplir con el compromiso de circularidad energética. La cosa va más allá: esa cascarilla se usará para generar el vapor necesario para tostar posteriormente el cacao. Algo que permite que esta fábrica haya reducido en más de 2.000 toneladas el dióxido de carbono al año.

Por último y de la mano de sus proveedores logísticos, Nestlé España ha comenzado un proyecto piloto que pone en el centro de la ecuación los combustibles renovables procedentes de aceites vegetales usados para camiones; además de contar con un tráiler 100% eléctrico que convive en su flota con otros más sostenibles y eficientes. Este parque móvil sostenible ha permitido reducir ya más de 3.000 toneladas de emisiones de dióxido de carbono desde que comenzó a utilizarse.