BORJA MÁRQUEZ

Autónomos: maldito régimen

Inspección de trabajo exige a los autónomos que se controlen los horarios, cuando ni ellos lo aplican a sí mismos.

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El régimen de autónomos

 

Ser autónomo en España es poco menos que ser un héroe. Carlos Cruzado, Presidente de los técnicos de Hacienda, lo dice y repite muchas veces: si nos dejaran investigar a las grandes empresas–que no les dejan–  -tipo Corte Inglés, Mercadona, Banco de Santander,etc, etc- el fraude fiscal estaría más controlado y España recaudaría unos 60.000 millones de euros más anuales. Pero El Corte Inglés no se sabe cómo se las ingenia que no solo no paga, sino que le sale a devolver. Y esas grandes empresas echan a la gente por miles, sin importarles un bledo.

Pero a ellos no. A los que si  inspeccionan cada dos por tres es al de la carnicería con dos empleados, al de la tienda de moda en la que trabaja el matrimonio, al pequeño supermercado, a la tienda de electrodomésticos en las que trabajan dos empleados... En otras empresas pequeñas trabajan hasta 5 o 10 empleados y Hacienda amenaza con que les va a inspeccionar, con que tiene  muchos datos cruzados y de los movimientos bancarios. Así que el personal no se escaquee, que Hacienda tiene razón. Pero a los grandones del IBEX ni les mandan la carta, ni tampoco les van a inspeccionar, tal y como dice el señor Cruzado.

Inspección de trabajo exige a los autónomos que se controlen los horarios, cuando ni ellos lo aplican a sí mismos.
El autónomo es el gran expoliado y exprimido por un Estado que solo vela por los ricos, aunque dicen que son sociales porque son socialistas. Eso quisiera yo, que inspeccionaran a todos (incluidos los del IBEX) y así poder tener unos grandes servicios públicos. Una  enseñanza, sanidad, investigación, carreteras y muchas cosas más. Pero corcho de autónomo solo, como que van a cerrar muchos.

Estos socialistas tan sociales reducen a los funcionarios a 35 horas las jornada laboral y crean una nueva casta laboral al alza. Pero, para dar los mismos servicios, se tienen que crear 800 plazas más de funcionarios. Y para optar a esas plazas se presentarán la intemerata de ciudadanos, que quieren entrar en la “casta funcionarial con plaza en propiedad” donde por regla general (aunque generalizar es malo) se trabaja d’aquela manera, con descanso para cafés y otros varios. Y como la plaza es en “propiedad” echar a un funcionario es más que un acto heroico. Casi imposible. Y unos funcionarios que son grandes trabajadores, ganan igual que los que no pegan palo al agua y están en su mismo escalafón.

Eso a mediados del siglo pasado, podía ser una razón. ¿Pero hoy? Homenomejodan. Estamos en el siglo XXI y se habla por teléfono de la que vas por la calle andando (con algún que otro trompazo contra farola o viandante ejecutando la misma acción). Antes, para llamar por teléfono había que parar en la cabina telefónica. Y si te llamaban, solo hablaban contigo si estabas en casa y si tenías teléfono. Había guías de teléfonos, callejeros de ciudades, mapas de papel y “funcionarios con plaza en propiedad”. Pues hoy todo desaparece, menos los de la plaza en propiedad, lo cual no deja de ser una discriminación con el resto de los trabajadores. Y no digo nada de los autónomos, que con sus innumerables impuestos pagan a los de la “plaza en propiedad”.

Por eso los de la Hacienda Pública Acreedora por otros conceptos Fiscales, avisan que van a  subir las inspecciones a los pequeños autónomos, hasta que un día se junten los 3.500.000 autónomos de España y taponen las calles de todas las ciudades de España, en unas más que justas manifestaciones. A los autónomos les suben la cuota mínima; si una autónoma quiere tener un niño  ¿quién le va a pagar esas 16 semanas que disfrutan los de la “casta funcionarial-política”? Que el coletas de Podemos disfrutó de las 16 semanas, notejode.

Felgueres y Buznego

Felgueres ya es diputado por la Circunscripción Oriental de Asturias. Encontró su nuevo chollo. Que disfrute sin pegar ni golpe cuatro años, y a unos 4.000 al mes. A Buznego, que no “vuelva a hablar conmigo” –que en su vida lo hizo–, aunque afirmaba días atrás que había hablado horas. Será zoquete: habló con mi director, Javier Peruyera. Yo no hablo con cualquiera.

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