Kike Soto había salido hoy a entrenar por la Senda del Arcedianu, desde Angón (Amieva) con un grupo de atletas que practican carreras de montaña y tras adelantarse unos metros del grupo fue sorprnedido en plena senda por un perro mástín que cuidaba unas cabras. El perró se avalanzó sobre el corredor y le atravesó la mano con los colmillos «no le arrancó la mano de milagro», apuntaba uno de los compañeros de entrenamiento, que le encontraron justo después del ataque.
