La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica se ceba con la ganadería del Oriente de Asturias

A pesar de ser una enfermedad de declaración obligatoria, la mayor parte de los ganaderos lo desconocen
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photo_camera Foto: GANAGRI.

La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) se ha convertido en el centro de las conversaciones y el dolor de cabeza de todos los ganaderos del Oriente de Asturias. Una enfermedad que llegó al Principado en el mes de septiembre de forma casi anecdótica inicialmente, con apenas un par de casos, pero que a lo largo de octubre se está cebando con el ganado sin que parezca haber más solución para frenarla que esperar a que el frío haga acto de presencia. 

Hablar con cualquier ganadero de de Onís a Amieva pasando por Cangas de Onís, Ponga o, incluso, Parres es sinónimo de conocer de primera mano su desesperación. Todos tienen casos, todos conocen ganaderías en la que el número de reses perdidas aumenta exponencialmente cada día que pasa. Todos contemplan impotentes cómo el mosquito avanza y sus animales enferman. Y todos ellos plantean las mismas quejas.

Incertidumbre en el presente y miedo al futuro, consecuencias de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, 

Por un lado que se trata de una enfermedad desconocida para la que los veterinarios clínicos solo pueden tratar de paliar los síntomas y, no por eso, consiguen curarlas. Añadido, la muerte de los animales cuando no se produce directamente por el virus que inocula este mosquito llegado de África es inevitable en muchas ocasiones por los efectos secundarios. «Se manifiesta de múltiples formas, no hay una pauta concreta», nos cuenta un ganadero que no quiere que aparezca su nombre, «y, algunas, tenemos que sacrificarlas después porque uno de los efectos es que pierden los cascos y se les quedan las pezuñas en carne viva».

El presente no es lo único que les preocupa. «Tampoco sabemos cómo va a repercutir a las hembras preñadas, si las crías van a tener malformaciones o si va a afectar a la reproducción a medio plazo», declara otro ganadero que prefiere guardar el anonimato.

Lo que sí sabemos es que, ahora mismo, las vacas abortan incluso estando a término o los terneros nacen muertos

Pero no es la única protesta por parte del sector ganadero ante los estragos que la EHE está provocando en la comarca oriental. Otra de las máximas comunes de todos los ganaderos consultados es la «falta de información y de protección» que tienen desde la Consejería de Medio Rural. Y no solo porque la mayor parte de ellos desconozcan que se trata de una enfermedad de declaración obligatoria sino porque, además, declararla es una odisea parecida a la de "Asterix y Obelix en las 12 pruebas"·. Tal y como nos cuentan los distintos ganaderos, son ellos quienes tienen que llamar a un veterinario clínico para tomar una muestra de sangre que «hay que hacer llegar a Jove, en Gijón, para que ellos la manden a Madrid».

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Vaca afectada por EHE. Foto: GANAGRI.

Pero más allá de que ese protocolo salga, como denuncian, del bolsillo de cada uno hay otro inconveniente más: «la cantidad de papeleo que tienes que rellenar por cada una de las muestras». Una burocracia que, sumada a la desinformación, desalienta al ganadero a informar a las autoridades pertinentes y a la que se suma otro factor decisivo: dado que es una enfermedad desconocida, los seguros no cubren las pérdidas de animales. Algo a lo que se suman los costes por animal, que rondan los 300 euros, para tratar de paliar los síntomas de la enfermedad y, por tanto, evitar su muerte.

Octubre, el mes en el que los casos de EHE aumentan día tras día 

Desde los primeros casos de septiembre, denunciados por este medio, hasta ahora se ha hecho un silencio y, todavía hoy, continúa sin existir un censo oficial de animales enfermos o muertes derivados de la EHE. Sin embargo, asociaciones como la Asociación de Ganaderos y Agricultores (GANAGRI) sí han hecho el suyo propio y, según datos del pasado fin de semana, entre sus asociados (fundamentalmente de Peñamellera Baja, Ribadedeva y Llanes) hay 139 casos de animales enfermos en 36 explotaciones distintas. Una cifra que choca con los 14 focos que contempla Consejería, según ellos declaran.

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La retirada de animales muertos es constante en el Oriente de Asturias. Foto: GANAGRI.

Tal y como ellos mismos denuncian en el comunicado que han enviado, los casos se dan en «bovinos de distintos tramos de edad, igual da que sean machos que hembras; de carne o de leche, de razas autóctonas o conjuntos mestizos que estén en el monte, estabulados o en los praos». De ese número de infectados, 26 animales ya han fallecido. Además y en el mismo comunicado, denuncian que «los veterinarios clínicos no dan abasto ni tampoco el camión que transporta los cadáveres para la incineración de animales muertos». 

Además y con vistas a favorecer el registro de casos, GANAGRI solicita en su comunicado que se cree un registro «gestionado por los veterinarios públicos» además de reclamar a la Consejería de Medio Rural «ayudas directas a los ganaderos para sufragar los gastos de medicamentos y desinsectante» además de que sea la citada consejería la que asuma los gastos de de eliminación de estos animales y reclamar «ayuda para la reposición de los animales muertos y que los animales que no preñen cuenten a efectos de las ayudas y de los diferentes compromisos asumidos por el ganadero con la administración».

Medio Rural defiende su gestión

De forma paralela, el pasado lunes la Consejería de Medio Rural emitía un comunicado en el que aseguraba estar trabajando de forma activa para frenar la EHE y en el que consta que, a fecha 25 de octubre, tan solo se habían analizado 28 muestras que centran la enfermedad en cinco focos de todo el territorio asturiano. Una cifra que está muy lejos de la realidad y que podría responder, precisamente, a esa falta de notificación a las autoridades.

Además, Medio Rural insiste en la necesaria «desinsectación de animales y zonas donde pudiera estar el mosquito» para frenar su avance.