OPINIÓN

Julio

Llega julio y por tanto, El Bollu y El Carmen. Rozada nos acerca su historia


"Nacida el 20 de agosto de 1949 en el barrio de La Peruyal, fue peregrinando por El Ronderu, El Barcu y La Dehesina hasta que acabó recalando en el Parque de La Concordia"

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Originariamente al mes de julio se le llamaba Quintilis por ser el quinto mes del calendario republicano romano. Debe su nombre al emperador Julio César, el cual había nacido el día 12 de ese mes. Fue por iniciativa del emperador Marco Antonio (en el año 44 a. C.) cuando -para halagar a Julio César- se le cambió la denominación.

Serán fechas destacadas para Arriondas:

Las fiestas del Carmen (días 16-18-19 y 20).-

Mención hacemos de las mismas por haber sido unas de las celebraciones parraguesas de más arraigo. Cada 16 de julio los vecinos de Cuadroveña celebraban -junto a la muy antigua iglesia de San Martín- esta fiesta, hasta que en 1905 se inauguró la iglesia en la villa de Arriondas y el festejo acabó “bajando” también a la capital del concejo. Dos días después -y durante varios siglos- tenía lugar la Fiesta Sacramental y así siguió celebrándose en Arriondas hasta 1980. En la misma fecha se celebraba la feria concurso-exposición de ganados del oriente de Asturias, que tuvo su origen en Arriondas el 18 de julio de 1938, cumpliéndose este año el 76 aniversario de su inicio. Bien es cierto que -al no haberse celebrado en cinco ocasiones por razones varias- en este año 2014 será su LXXI edición.

Último domingo de julio, día 27: Fiesta del Bollu–La Peruyal.

Nacida el 20 de agosto de 1949 en el barrio de La Peruyal, fue peregrinando  por  El Ronderu, El Barcu y La Dehesina hasta que acabó recalando en el Parque de La Concordia, un lujo de terreno recreativo que Arriondas ganó a los ríos Sella y Piloña hace sólo veintiocho años. La esencia y el espíritu de la Fiesta del Bollu son los mismos desde sus orígenes: la exaltación de la asturianía en todas sus vertientes. Danzas tradicionales, bandas de gaitas, grupos folclóricos del Principado y de otras comunidades, grandes orquestas, así como la labor de cientos de personas -especialmente jóvenes- en la confección laboriosa de hasta tres decenas de carrozas que recorren la villa en la tarde del domingo, hacen de esta fiesta algo muy peculiar de Arriondas. El desfile profano y multicolor de la tarde del último domingo de julio es algo genuinamente parragués. Por problemas con el tráfico en la carretera general -y no haber otra alternativa posible- no hubo desfiles de carrozas durante siete años (1967-1973), perdiendo así la celebración buena parte de su identidad. Los desfiles se reanudaron coincidiendo con las bodas de plata de la fiesta -en 1974-, ahora hace cuarenta años.

La llamada Kermesse -la noche del sábado-, el Bollu -el domingo- y el Bollín -el lunes- marcan tres maneras de vivir y sentir una fiesta que fue declarada de Interés Turístico Regional hace quince años, cuando se celebró su cincuentenario.

La revista o portfolio de la fiesta recoge -en 230 páginas- un amplio abanico de noticias, artículos y fotografías relacionados tanto con el acontecer anual como con el pasado de las cosas y las personas que nos precedieron. La fiesta tiene casi 2.500 socios y sus gastos rondan los 100.000 euros. El entusiasmo que la sigue alimentando le augura una muy larga vida.