La Asociación Llanera sin Barreras es ejemplo de muchas cosas, no sólo por su trabajo incesante por la adecuación de espacios que permitan que las personas con discapacidad puedan disfrutar de entornos sin interferencias sino también por su trabajo con las familias, ofreciendo ayuda, consejo y ese apoyo tan necesario, ese despejar angustias y miles de dudas con sólo una conversación, con empatía, ese ponerse en lugar de otro, algo tan necesario como difícil de encontrar. Y por su arduo trabajo de concienciación con los más jóvenes y con los que ya no lo son tanto, los más difíciles.
María José González es presidenta de la Asociación desde el año 2022 «las primeras reuniones se celebran en el año 2016 pero Llanera sin Barreras se constituye al año siguiente, con Juan Majada como presidente. Yo asistí a aquellas primeras reuniones acompañando a mi hermano que había sufrido un ictus y acabé siendo vocal, casi por casualidad. No podía ni imaginar hasta qué punto me iba a acabar implicando con ello».
El propósito primigenio por el que nace la Asociación no fue otro que «intentar eliminar todas las barreras arquitectónicas y sociales. Para las primeras, se hizo un trabajo de campo por distintas partes del concejo para detectar e intentar corregir todas esas trabas físicas que nos encontramos por las calles o en los edificios en nuestro día a día. Poco a poco fuimos logrando objetivos, consiguiendo adecuar los espacios».
Se hizo un trabajo de campo por distintas partes del concejo para detectar e intentar corregir todas esas trabas físicas que nos encontramos
Más difícil que hacer un rebaje en una acera o una rampa en un acceso a un edificio es concienciar a la gente de las dificultades diarias con las que lidian las personas con discapacidad. Llanera sin Barreras trabaja por el presente, pero también por el futuro; y ese porvenir se encuentra en las aulas «se nota muchísima concienciación en nuestros jóvenes. Hacemos jornadas con ellos, un día en los que usan sillas de ruedas o se les limita la visión e intentan hacer sus actividades cotidianas sintiendo en primera persona las limitaciones y los problemas de nuestro día a día. También incidimos en el tema del deporte adaptado o el teatro de sombras, una representación sobre la eliminación de barreras, con muñecos hechos y manejados por personas con discapacidad. A través de esas representaciones hemos empezado a tocar temas muy importantes, desde nuestro punto de vista, como el del bulling o la mujer y la discapacidad. En ambos nos sorprendió gratamente la respuesta de los alumnos y queremos seguir con ello».
Mucho trabajado, mucho conseguido, pero mucho aún por trabajar y conseguir. De cara al año próxima, desde la Asociación ya hay objetivos marcados: «todo es mejorable. Tenemos un tema pendiente con la accesibilidad en los polígonos que es un tema prioritario para nosotros en el medio plazo. Intentamos ponernos en contacto con ellos, pero nos está resultando complicado. Hay un problema enorme, sobre todo en Asipo, con el tema de las plazas de aparcamiento para discapacitados. Es un entorno que no está preparado para las personas con silla de ruedas. También queremos llegar a más pueblos del concejo de los que llegamos, expandirnos más. Hay mucho por hacer aún».
Hay un problema enorme, sobre todo en Asipo, con el tema de las plazas de aparcamiento para discapacitados.
Un trabajo como este requiere la participación y el apoyo de muchas personas anónimas y el soporte imprescindible de las administraciones públicas: «tenemos una muy buena relación con el ayuntamiento de Llanera. Entre otras cosas, hemos conseguido formalizar un convenio con ellos por el que recibimos 12.000 euros anuales. Pero dependemos también de las consejerías y ahí sí que el trato ya es más complicado: hay mucha burocracia, van con mucho retraso, te piden muchos papeles. Prácticamente todo funciona de manera telemática, firma electrónica. Se están olvidando de una parte importante de la sociedad que son las personas mayores que no están preparadas para este tipo de interacción. Y de las pequeñas empresas que no tengan gente con conocimientos que pueda dedicarse a ello».
Fruto de ese trabajo con y buen entendimiento con el ayuntamiento nació la comisión de barreras, «sus decisiones no son vinculantes, pero sí que conseguimos cosas. Participan representantes de los partidos políticos, la trabajadora social y la policía. Nos reunimos dos veces al año y allí damos cuenta de las barreras y problemas que nos vamos encontrando. Nuestro primer representante fue Juan Majada, al que sustituyó José Mon, que es vocal de la Asociación».
En las aulas se nota muchísima concienciación en nuestros jóvenes.
El trabajo de la Asociación no sólo se centra en lo físico, en lo material: «también estamos aquí para hablar, para consolar y aconsejar, que vean y sientan que no están solas. Atendemos a las personas con discapacidad y a sus familiares, que son importantísimas. Aquí no juzgamos a nadie. Intentamos ponernos en la piel del otro y empatizar. Escuchar es vital. Lo sabemos e intentamos ponerlo en práctica siempre que podemos, con nuestra experiencia y con ayuda psicológica».