Pruvia se manifiesta contra el cura

Un grupo de feligreses pide al Arzobispado de Oviedo que sustituya a Juan Carrio, al que acusan de continuos desplantes

Los vecinos de Pruvia, en Llanera, se han echado a la calle para reclamar al Arzobispado de Oviedo la sustitución de su párroco, Juan Carrio, y esta mañana han protagonizado una manifestacion antes de la misa de doce, una celebración que al llegar se han encontrado con que ha sido suspendida, lo que ha aumentado el malestar entre los asistentes y ha contrariado a algunos feligreses que, ajenos a la polémica, se acercaron al templo para seguir la homilía. «Llevamos trece años sufriendo, saque a este individuo de aquí, por favor», claman al arzobispo los manifestantes, que muestran su descontento con el trabajo del sacerdote, al que acusan de continuos desplantes. 

El último episodio tuvo lugar el pasado jueves, cuando estaba programado un funeral para las cinco de la tarde. El párroco llegó a las seis menos diez y argumentó que había pinchado una rueda y que no tenía batería en el móvil, una versión que no convence a los vecinos. «Es un caradura», aseguran. Cuentan que tras esperar un cuarto de hora y sin tener noticias de Carrio, el empleado de la funeraria optó por llamar al párroco de La Fresneda, que llegó en quince minutos, y avisaron a un vecino que tiene una copia de las llaves de la iglesia para poder acceder. Carrio llegó a las seis menos diez con la misa ya iniciada y al intentar acceder a la iglesia, fue increpado por los asistentes. Además, al marcharse, golpeó con su vehículo a otro que estaba estacionado y debido a la tensión del momento hasta la zona se desplazó la Guardia Civil. 

«Es indecente esto que hace, teniendo a gente mayor y a personas que han perdido a un familiar esperando a la intemperie, lloviendo y haciendo frío», señala Yolanda Fernández. Para ella, su vecina Carmen, era como una madre, por eso tras vivir en primera persona el episodio del jueves no dudó en sumarse a la concentración. Además, cuenta que ella también es afectada, ya que hace unos años encargó una misa por el aniversario de la muerte de un familiar a la que asistían personas que residen fuera de Asturias y el párroco no se presentó. Por su parte, Carmina López relató que tuvo problemas para enterrar a su marido y entre los asistentes insistieron en que se trata de algo recurrente. «Ya pasó muchas veces, deja a la gente tirada o llega más de una hora tarde, ha habido misas de cabo de año que no se han podido celebrar y familias que han tenido que enterrar a sus muertos sin funeral ni sepelio», señalan. 

Los feligreses están molestos también porque consideran que no reciben el mismo trato que los vecinos de la urbanización de Soto, donde Carrio oficia misa en un local. «Allí siempre llega a la hora, el problema lo tiene con nosotros», apuntan. La concentración también sirvió para sacar a la luz otras quejas, como la inexistencia de una plaza de aparcamiento para personas con discapacidad, cuando el sacerdote tiene una reservada para él, la situación de desuso de la Casa Rectoral o que la iglesia permanezca cerrada hasta la hora de las misas. «Yo no tuve ningún problema, pero veo que hay muchas quejas y me parecen justificadas, los vecinos no están conformes», comentó Santiago Pérez, que acudió en solidaridad con la protesta. Otro de los asistentes, Manuel Valcárcel, señaló que «hay que reconocer que existe un problema y la autoridad competente tiene que tomar una decisión» e instó a los vecinos a presentar sus quejas formalmente en el Arzobispado. «Hay que seguir los cauces para que no puedan decir que no saben nada, por aquí pasaron muchos curas y nunca hubo problemas», añadió. 

Por lo pronto, los feligreses desconocen cuándo volverá a abrir la iglesia. Un cartel en el colgado en el tablón de anuncios del cabildo y firmado conjuntamente por el sacerdote y el vicario, José Julio Velasco, apuntaba que «en los próximos días se comunicará la reanudación normal de la celebración de las misas en la parroquia de Santiago de Pruvia en los horarios habituales». 

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