Las romeras hacen doblete

Lucía Figaredo y Fátima Bartolomesanz repiten en la ofrenda del ramo de Muñó en otra edición sin procesión ni subasta

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photo_camera Lucía Figaredo y Fátima Bartolomesanz posan junto al ramo acompañadas por Sonia Rodríguez.

Coincidiendo con el Día de Asturias y como marca la tradición, Muñó celebró las fiestas de Nuestra Señora del Rosario en las que el protagonismo lo tienen las romeras que ofrecen el ramo a la virgen.

Este año, a Lucía Figaredo y a Fátima Bartolomesanz les tocó repetir. La pandemia impidió nuevamente celebrar la procesión y subastar el ramu, dos de los platos fuertes de la jornada, así que la idea de la cofradía es que ambas jóvenes, de 17 y 16 años, también sean romeras el año que viene. «Con un poco de suerte, esperamos poder hacer una celebración completa», apuntó Sonia Rodríguez, mayordomo de la cofradía.

Ambas mostraron su ilusión por participar en la celebración y también confían en recuperar la normalidad de las fiestas para poder elegir a otras dos amigas que las ayuden a transportar el ramo hasta la iglesia y a cuatro chicos que las acompañen y que se encargarán de llevar a la virgen en la procesión. «Me gusta por la tradición y aunque en mi familia no hubo romeras, sí conozco a muchas que lo fueron», señaló Lucía.

Por su parte, la misa fue oficiada por Tito Sánchez y acompañada a la gaita y el tambor por Belén Arboleya y Xuacu Areces. «El mundo ta pates arriba porque no nos respetamos», espetó a los feligreses el sacerdote, que apeló al entendimiento y al amor al prójimo. «Sobre todo, que no hagamos a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros», señaló.

Una tradición documentada que se remonta a 1717

La tradición del ramo de Muñó se remonta, al menos a 1717. «Hay fuentes oficiosas que apuntan a que puede ser incluso anterior y más antiguo que El Carmín de La Pola, pero no lo tenemos documentado», explica Sonia Rodríguez.

Pero además de su antigüedad, el ramo de Muñó es el único que va “vestido”. Lleva cuatro cortes de vestido, uno de camisa, cuatro pañuelos de hombre, cuatro de mujer, cuatro corbatas, cuatro metros de puntilla, cuatro rosarios, dieciséis roscones menores de hojaldre, un roscón mayor, dieciséis manzanas y está coronado por flores. Desde 1968, Mercedes Velasco es la encargada de su confección.