Terapia gastronómica para traer recuerdos al presente

El CPR Valentín Palacio, de La Pola, trabaja la reminiscencia a través de talleres para frenar y prevenir el deterioro cognitivo
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photo_camera Un grupo de mujeres prepara los tortos de maíz que tras la actividad se degustaron con picadillo.

El Centro Polivalente de Recursos para Personas Mayores Valentín Palacio, de La Pola,  y dependiente del ERA, viajó el viernes al pasado para recordar oficios y costumbres en torno al Samartín dentro de las actividades incluidas en la terapia de reminiscencia “Recordando tradiciones” con la que trabaja el centro y en la que también participan el personal y las familias.

Picar ajos, amasar picadillo, elaborar chorizos para los bollos de Comadres o hacer tortos de maíz para la preba fueron algunas de las tareas en las que ocuparon una mañana en la que el salón del centro se llenó de recuerdos. «En mi casa siempre se hicieron chorizos, picadillo y tortos», aseguraba Concha González, que junto a sus compañeros de tarea comentaba divertida que además «toca saltarse un poco la dieta» mientras entre todos pedían un poco más de sal y picante para el picadillo.

«Elegimos una actividad chacinera porque fue un oficio muy relevante en la zona y tenemos muchas personas usuarias y residentes de Siero y Noreña; y para el resto es algo que también forma parte de su tradición», explicó Beatriz Cueva, directora del centro. Ahora, con la situación ya normalizada tras la pandemia, su objetivo es organizar este tipo de talleres abiertos a la comunidad de forma trimestral. «Trataremos que sean actividades con arraigo vital tanto de los residentes como de los usuarios del Centro de Día», añadió.

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El taller permitió realizar todas las fases de elaboración de los tortos de maíz.

La jornada de “Samartinar pa Antroxu” comenzó con el reconocimiento de los utensilios antiguos para la matanza con una pequeña exposición con la que comenzaron a brotar los recuerdos y las anécdotas.

«Al estar trabajando a través de una actividad significativa para las personas usuarias del centro, se fomenta el mantenimiento de su identidad y mejora su autoestima y con las actividades manuales se estimulan las capacidades cognitivas, motrices, manipulativas y de resistencia», destacó la directora.

Por su parte, Nuria Menéndez, terapeuta del centro, hizo hincapié en que «nos traen muchas más emociones y nos implicamos más cuando recordamos cosas que solíamos hacer; se trata de recordar a través de los sentidos y conectar con la realidad». Asimismo, explicó que la terapia de reminiscencia permite tanto frenar el deterioro cognitivo como prevenirlo y señaló que «para ellos hemos adaptado las actividades a lo que cada persona puede mejorar».

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Arte y maña para embutir los chorizos para los bollos de Comadres.
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Un pequeño descanso tras amasar el picadillo.

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